Iniciativa internacional busca comprender mejor los factores de riesgo y recuperación de hombres que han experimentado ideación o intento suicida, con el objetivo de desarrollar intervenciones culturalmente adaptadas y más efectivas para reducir las tasas de suicidio en este grupo de la población.
El Dr. Álvaro Jiménez, investigador del Núcleo Milenio Imhay y académico de la Universidad San Sebastián lidera el estudio en nuestro país.
El suicidio es una de las principales causas de muerte entre hombres menores de 50 años a nivel global. En Chile, la tasa de suicidios en hombres es cuatro veces mayor que en mujeres, especialmente en el grupo de 30 a 49 años. Esta disparidad se atribuye a factores como los métodos de suicidio, el abuso de sustancias y las normas culturales de masculinidad que dificultan la búsqueda de ayuda.
A pesar de la urgente necesidad de mejorar las estrategias de prevención, existen vacíos importantes en el conocimiento sobre el suicidio masculino y las acciones más efectivas para su prevención. Es en este contexto que surge el proyecto “Del aislamiento a la conexión: explorando factores de riesgo y de recuperación del comportamiento suicida masculino”, liderado por el investigador de Imhay y académico de la Universidad San Sebastián, Dr. Álvaro Jiménez.
“Dada la magnitud y persistencia de las tasas de suicidio masculino, es urgente realizar más investigaciones sobre las causas subyacentes y posibles estrategias de intervención. Ampliar la base de evidencia es fundamental para guiar los esfuerzos futuros en la prevención y tratamiento del suicidio masculino”, indica el Dr. Álvaro Jiménez
En el estudio participa un equipo internacional compuesto por Susanna Bennett y Rory O’Connor, ambos del Suicidal Behaviour Research Laboratory de la University of Glasgow; Vania Martínez, directora de Imhay y académica de la Universidad de Chile; Gonzalo Dávalos, académico de la Universidad San Sebastián, e investigadores de diversos países.
La primera etapa del proyecto contempla una consulta pública, mediante una breve encuesta online, dirigida a hombres que hayan experimentado ideación o intento suicida. El objetivo de esta consulta es identificar factores que influyen en el riesgo de suicidio masculino y recoger las perspectivas de hombres con antecedentes de ideación suicida que permitan diseñar preguntas relevantes, sugerir métodos de reclutamiento y decidir cómo compartir los hallazgos con el público, con el fin de contribuir al diseño de una propuesta internacional de investigación sobre el suicidio masculino.
“Los resultados de esta consulta se integrarán en una propuesta de investigación internacional que examinará el suicidio masculino en diversas culturas, incluyendo Australia, Chile, Ghana, India y el Reino Unido, con miras a desarrollar intervenciones culturalmente adaptadas y más efectivas para reducir las tasas de suicidio masculino”, comenta el Dr. Jiménez.
Los requisitos para participar en esta consulta son:
1) Tener al menos 18 años.
2) Haber experimentado ideación suicida o haber intentado suicidarse en algún momento de su vida.
Si necesitas más información, contacta al investigador principal por correo electrónico: alvaro.jimenez@uss.cl
Los estados mentales de alto riesgo o EMAR, son una serie de comportamientos y pensamientos erráticos –en lo perceptivo, cognitivo y/o socioemocional- que se dan en un periodo específico del desarrollo de una persona, generalmente en la adolescencia, y podrían ser indicativos del inicio de una psicopatología de mayor gravedad.
Dr. Pablo Gaspar, director de la Clínica Psiquiátrica Universitaria, fundador de la Red Nacional de Estados Mentales de Alto Riesgo, Red EMAR-Chile e investigador principal del Núcleo Milenio Imhay.
“Son una voz de alerta”, dice el doctor Pablo Gaspar, director de la Clínica Psiquiátrica Universitaria, fundador de la Red Nacional de Estados Mentales de Alto Riesgo, Red EMAR-Chile, e investigador principal del Núcleo Milenio Imhay, quien cuenta con una experiencia de investigación de larga data en el ámbito de las psicosis y, especialmente, en esquizofrenia. Al ser una voz de alerta, agrega, “prevenir su evolución es altamente costo efectivo, porque cuando se disminuye el riesgo de transición a trastornos graves de salud mental se favorece que la persona mantenga o recupere sus habilidades cognitivas, sociales y afectivas, lo que beneficia también a todo su entorno y a la salud pública”.
El aislamiento, el retraimiento y la depresión parecen ser características propias y habituales de la adolescencia, “pero en un joven normal por lo general son cuadros autolimitados; es decir, duran un tiempo y se pasan solos”, explica el doctor Gaspar. “Pero antes de la aparición “florida” del cuadro clínico de la esquizofrenia transcurren meses o años en que la persona tiene síntomas que son inespecíficos y que denominamos síntomas psicóticos subumbrales, que son leves y que, aunque se parecen a los depresivos tienen una característica distinta: provocan una incapacidad en la persona de tener un motor vital hacia adelante, de forma severa y persistente”.
Otro de estos síntomas inespecíficos es que “estando dentro de nuestra realidad, ellos ven o escuchan las cosas distintas; cambia la forma de los objetos o la manera en que perciben a otra persona, por ejemplo. Para ellos el mundo es mucho más hostil, son muy autorreferentes, piensan que todos los juzgan; ahora, esto también ocurre en quienes luego son diagnosticados como parte del espectro autista o con trastorno límite de la personalidad. Por eso, cuando hablamos de prevención no es solamente de esquizofrenia, sino que de enfermedades psiquiátricas severas. No es que haya un síntoma específico único detrás de la esquizofrenia, sino que es un conjunto de ellos, un síndrome inespecífico que provoca disfuncionalidad a la persona”.
Y cuando ya este cuadro da pie a la disfuncionalidad “es que llegamos al concepto de Estados Mentales de Alto Riesgo, que se basa en dos elementos: la presencia de estos síntomas subumbrales de distinto tipo, ya sea ansiosos, depresivos y/o psicóticos, y que llevan a que la persona o su familia pidan ayuda. Ellos o quienes los rodean se dan cuenta de que no es el mismo, que no tiene las conductas que tenía antes como niño, a diferencia de lo que pueden ser las crisis de adolescencia, que generalmente pasan y son autolimitadas, no generan disfuncionalidad y retornan al nivel basal”.
¿Cómo prevenir?
El “Manual psicoeducativo para comprender los estados mentales de riesgo”, fue creado en conjunto por investigadores del Psiquislab e Imhay. Está dirigido a jóvenes y su descarga está disponible de manera gratuita.
Al ser un síndrome, dice el doctor Gaspar, las primeras intervenciones no necesariamente son farmacológicas. “Lo que pasa es que quienes tienen este grupo de síntomas inespecíficos derivan en tres posibles trayectorias. La primera es una remisión en el corto plazo; aproximadamente un 30% del total de estas personas sigue con una vida normal sin que vuelva a aparecer ningún problema. Por lo general son quienes tienen síntomas más leves, sin vulnerabilidad familiar y no han tenido una historia de alteraciones psicosociales graves; es decir, puede que tengan una vulnerabilidad biológica frente a este síndrome, pero no desarrollan el cuadro”.
Un segundo grupo, conformado también por un tercio de los individuos que han presentado EMAR, son personas en las que persisten estos síntomas, “pero no necesariamente caen en un cuadro psiquiátrico severo y continúan con una vida normal; solo algunas de ellas presentan disfuncionalidad y hay que tratarlas”. Así, quienes desarrollan una psicopatología grave -esquizofrenia, bipolaridad, trastorno límite de la personalidad- son el tercer grupo, representando un porcentaje menor del total que ha pasado por estados mentales de alto riesgo. “Todo el resto, es decir entre el 60% y 70%, lo más probable es que no va a necesitar fármacos, sino que más bien apoyo mediante sicoeducación, soporte familiar y una buena prevención de problemas sicosociales mediante apoyo escolar y disminución del estrés académico, entre otras cosas. Hoy en Chile están pasando hechos relevantes que provocan mucho estrés, entonces ese es el foco primario de toda la prevención, y que es transversal para muchas otras enfermedades en el ámbito de la salud mental”.
Así, explica el doctor Gaspar, “hay intervenciones que se podrían calificar de leves pero que son bien importantes, como por ejemplo el acceso responsable a redes sociales, la buena comunicación de conductas y emociones a familiares o al equipo clínico. Y llevar estilos de vida saludable: alimentación sana, ejercicio físico, un buen dormir, no caer en consumo de sustancias problemáticas, en conductas problemáticas del ámbito sexual. Todo esto lo tenemos en un manual psicoeducativo dirigido a los jóvenes y creado con el equipo del Núcleo Milenio Imhay, abierto al público y que se ocupa en distintas regiones del país y en Latinoamérica”.
Luego, las intervenciones psicoterapéuticas pueden ser de gran utilidad en la fase de estados mentales de alto riesgo, “porque la persona, al darse cuenta de que necesita ayuda, es más susceptible a tener buen resultado conversando con su terapeuta, quien puede orientarlo para que disminuya su estrés, ansiedad y dándole incluso alternativas del pensamiento, lo que lo puede llevar a bajar mucho la sintomatología”.
Y, en tercer lugar, el uso de neuroprotectores y fármacos es esencial cuando la situación se agrava. “Muchos de los pacientes que tienen un buen tratamiento de las comorbilidades, cuando bajan las conductas de riesgo y podemos conversar durante sus cuadros anímicos, sus síntomas psicóticos se reducen. Por eso es que no hay que solamente tratar los síntomas psicóticos con fármacos, pero esa es una cultura que en Chile no la tenemos. Hay que preguntarse cuál es el objetivo de dar ese medicamento: si hay riesgo de autoagresión, por supuesto; si el paciente tiene ideas de fuga o criterios de hospitalización, también, pero si el objetivo es prevenir la psicosis, en esta etapa que describo el antipsicótico a dosis altas no tiene ninguna importancia”.
Por ello, sentencia, los avances en prevención es uno de los desafíos más importantes en la investigación en psicosis a nivel mundial, porque “es costo-efectiva y es transversal a múltiples enfermedades de salud mental, permitiendo lograr avances con psicoeducación e intervenciones no farmacológicas, para poder disminuir o retrasar el desarrollo y el establecimiento de enfermedades psiquiátricas severas y graves”.
¿En términos de políticas públicas usted considera que como país tenemos las herramientas para hacer esa prevención?
Definitivamente sí. En este tema llevamos la delantera en Latinoamérica por lejos, no solamente al tener cobertura GES para esquizofrenia, sino que al ofrecer a la población programas del tipo Chile Crece Contigo, que apuntan a una prevención a lo largo del desarrollo de la persona, desde el positivismo, permitiendo fomentar estilos de vida saludables. Además, desde el año 2018 contamos con la Red EMAR-Chile que ahora se ha ampliado a todo el continente y mediante la cual estamos capacitando y desarrollando investigación. Y desde el 2019 se incorporó en el sistema de atención primaria un screening, una entrevista auto aplicada breve, que detecta algunos síntomas psicóticos subumbrales para poder hacer derivación temprana a especialista.
“¿Cuál es mi perspectiva respecto a la prevención? Debiéramos llegar a comunidades a las que no estamos accediendo hoy, las sexodiversidades y las minorías de cualquier ámbito, que también pueden tener cuadros psiquiátricos o sicóticos severos; es importante generar políticas en este sentido. Y lo segundo que veo en el largo plazo es ir hacia la atención iniciando el ciclo de vida de un individuo, desde el embarazo y parto. Tenemos que generar políticas en relación a cómo cuidamos ese momento del apego primario; esa perspectiva nos ayudaría mucho en el ciclo vital de una persona a prevenir enfermedades severas en la adultez”, finaliza el doctor Gaspar.
DESCARGA EL MANUAL PSICOEDUCATIVO AQUÍ
Fuente: Cecilia Valenzuela, comunicaciones Facultad de Medicina, Universidad de Chile.
Iniciativa del Núcleo Milenio Imhay desarrollada en el Museo Interactivo Mirador (MIM), apuntó a visibilizar que el contacto y conexión con la naturaleza es capaz de fomentar un mayor bienestar en adolescentes y jóvenes, tal como lo ha demostrado la evidencia científica nacional e internacional.
Estudiantes de séptimo a cuarto medio de diferentes colegios de la Región Metropolitana participaron del taller organizado por el Núcleo Milenio Imhay y llevado a cabo en el Museo Interactivo Mirador (MIM).
Con la participación de más de un centenar de alumnos de diversas comunas de la Región Metropolitana, se llevó a cabo el Taller “Naturaleza Urbana y Bienestar: Conecta tus Sentidos” en el Museo Interactivo Mirador (MIM). La iniciativa del Núcleo Milenio Imhay en alianza con el Centro de Gestión Ambiental y Biodiversidad de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (FAVET) de la Universidad de Chile, buscó visibilizar que el contacto y conexión con la naturaleza pueden ser un espacio accesible y capaz de promover un mayor bienestar en la juventud.
“La relación de la naturaleza con la salud mental es un área de investigación que se ha desarrollado en los últimos años y, en este sentido, Imhay ha iniciado una línea de trabajo evaluando el impacto y los efectos del contacto con la naturaleza en el bienestar de adolescentes y jóvenes. Esta actividad de proyección con medio externo, busca seguir esa línea de trabajo, entendiendo y compartiendo la experiencia subjetiva de jóvenes en contacto con la naturaleza”, destaca el Dr. Álvaro Langer Herrera, director alterno de Imhay y académico de la Universidad San Sebastián.
Según ha establecido la evidencia científica a nivel internacional y también la que está generando el Núcleo Milenio Imhay, existe una estrecha relación entre el contacto con la naturaleza y un mayor bienestar, siendo, algunos de los efectos positivos de la naturaleza en la salud mental de las personas: la reducción de los niveles de ansiedad y depresión; reducción de las hormonas del estrés; mejoramiento el estado de ánimo, el humor y la autoestima; ayudando además en la conciliación del sueño, entre otros beneficios.
El taller buscó generar un espacio para que los jóvenes reconocieran y experimentaran la naturaleza urbana a través del uso de los sentidos.
“Considerando que gran parte de la población actualmente vive en ciudades, es importante desarrollar actividades que permitan identificar y valorar la naturaleza presente en el entorno próximo sin necesariamente tener que salir de la ciudad para sentirse mejor”, indica el Dr. Langer.
De esta manera, el taller, donde participaron estudiantes del Instituto Nacional de Santiago, Colegio Alberto Blest Gana de San Ramón, Colegio María Elena de La Florida y Colegio Marista Marcelino Champagnat de La Pintana, buscó generar un espacio para que los jóvenes reconocieran y experimentaran la naturaleza urbana a través del uso de los sentidos, con el objetivo de promover la reflexión y el vínculo con la biodiversidad urbana como un elemento clave para el bienestar individual, colectivo y ecosistémico.
“Justamente, la dificultad o el desafío es esta conexión. Yo puedo estar en un espacio natural pero desatento y eso no necesariamente va a implicar que yo pueda tener esos beneficios. Por esto, la intención es que tengan estas actividades experienciales que quedan en el cuerpo como vivencia y que ellos puedan después comentar ‘tuve una experiencia donde fui a un lugar de naturaleza y me conecté con elementos importantes para mí, como una hoja de un árbol especifico, una piedra en particular y algo de estar realmente ahí me hizo sentir bien. Esto es muy importante a nivel de promoción de la salud y del bienestar para que los jóvenes sientan que es algo que está al alcance de sus manos”, puntualiza el director alterno de Imhay.
Positivas valoraciones y guía práctica
El taller «Naturaleza urbana y bienestar: Conecta tus sentidos» fue liderado por el Dr. Álvaro Langer, director alterno de Imhay y académico de la U. San Sebastián, y se realizó en conjunto con profesionales del Centro de Gestión Ambiental y Biodiversidad de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (FAVET) de la Universidad de Chile.
En sectores urbanos existen oportunidades para favorecer la conexión con la naturaleza. El aprender a identificar, valorar y conectarse con la biodiversidad del entorno próximo, ya sea en la propia casa, plazas, parques, colegios, entre otros, se transforma en una manera fácil y accesible para favorecer un mayor bienestar.
“El taller ha sido gratificante, enriquecedor y desafiante. El bosque que existe en el MIM nos regaló espacios de mucha conexión, mostrando que en el día a día los jóvenes se pueden conectar de otra forma para ayudarse a sí mismos. Entonces, ahora ellos se llevan esto como ejercicio de que caminar a veces un poco más lento en la ciudad nos permite estar en el presente y conectar también con esta biodiversidad urbana que nos va nutriendo y puede ser un aporte para contenernos. Eso es lo más relevante y a partir de ahí pueden también ver a esta ciudad como un elemento que puede ser parte de su bienestar”, señala Constanza Cabello, profesional del Centro de Gestión Ambiental y Biodiversidad de FAVET-UCH.
Respecto de la valoración que las y los estudiantes de 7° a 2° medio realizaron a esta iniciativa, desarrollada por Imhay gracias al financiamiento de la Iniciativa Científica Milenio del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación a través de su programa de Proyección al Medio Externo, algunos comentarios realizados por los jóvenes participantes fueron “me sentí más tranquila, pude oler cosas que no huelo día a día”, “podría seguir haciendo esto en el día a día, en un parque, cerca del colegio”, “pude bajar mis niveles de estrés gracias a la naturaleza”, “me pude concentrar en lo que hay alrededor mío y eso me ayudó a relajarme”.
Esta apreciación también fue manifestada por las y los docentes que acompañaron en la actividad a los jóvenes. “Lo que más valoré de la actividad es que los estudiantes tuvieran un espacio de conexión con la naturaleza y crearan habilidades para desarrollar la atención que es tan importante hoy en día, un espacio en el que se autoconocieran y se vincularan con los otros. En los colegios, por ser tantos alumnos y seguir día a día las clases, no se generan estos espacios”, destacó Angélica Romero, docente de ciencias del Colegio Alberto Blest Gana.
Cabe destacar que próximamente el Núcleo Milenio Imhay publicará gratuitamente una guía práctica sobre naturaleza urbana y bienestar, la que entregará información e incorporará actividades que puedan desarrollarse en el entorno próximo de las personas, como en sus propias casas, colegios, parques, plazas y otros espacios urbanos que pueden contribuir a una mejor salud mental. El documento entregará claves que permitan identificar aquellos elementos de la naturaleza urbana que muchas veces pasan desapercibidos, e incluirá instructivos simples para la realización actividades lúdicas y reflexivas.
A propósito de una nueva conmemoración del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el investigador joven del Núcleo Milenio Imhay y académico de la Universidad San Sebastián, Dr. Álvaro Jiménez, escribió una carta al director publicada en diario Estrategia.
Sr. Director,
Dr. Álvaro Jiménez, investigador joven del Núcleo Milenio Imhay y académico de la Universidad San Sebastián.
Se estima que una de cada cinco personas experimentará la pérdida de un ser querido o conocido por suicidio a lo largo de su vida. Cada suicidio puede impactar de manera significativa a entre seis y diez personas del entorno.
El término «sobrevivientes» de muertes por suicidio se refiere a aquellos que han perdido a un conocido o ser querido en estas circunstancias. Este tipo de pérdida supone un riesgo considerable para el desarrollo de problemas de salud mental y conductas suicidas. Aunque los sobrevivientes reconocen la necesidad de apoyo, muchos enfrentan barreras para acceder a la atención adecuada, debido a la estigmatización que dificulta la búsqueda de ayuda.
El impacto del suicidio en personas, familias y comunidades resalta la importancia de implementar estrategias de “postvención”. Este conjunto de acciones busca brindar apoyo emocional a las personas y comunidades expuestas a una muerte por suicidio, facilitando el proceso de duelo y la recuperación tras la crisis. Además, se enfoca en reducir el riesgo de futuros comportamientos suicidas, identificando casos de mayor vulnerabilidad y eliminando obstáculos para acceder al apoyo necesario.
En el Mes de la Prevención del Suicidio, es importante recordar que la postvención es también una forma de prevención.
Álvaro Jiménez Molina,
Psicólogo y académico USS, Investigador Imhay y MIDAP.
El evento, organizado por la Red de Apoyo Socioemocional y la Fundación para la Prevención del Suicidio OPA UFRO, tuvo como objetivo compartir experiencias asociadas a la prevención del suicidio y promover buenas prácticas para su intervención y acompañamiento.
En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, los investigadores jóvenes de Imhay, Dra. Ana Barrera y Dr. Álvaro Jiménez dictaron charlas magistrales en este evento desarrollado en la Universidad de la Frontera.
La Dra. Barrera, quien además es directora del Laboratorio de Adultez Emergente y Salud Mental de la Universidad Católica de Temuco, expuso sobre el desarrollo positivo aplicado a la prevención del suicidio en contexto universitario.
En tanto, el Dr. Álvaro Jiménez, académico de la Universidad San Sebastián, abordó la problemática del duelo por suicidio en personas, familias y comunidades.
Además de las charlas magistrales, esta primera jornada tuvo actividades simultáneas en diferentes espacios del Aula Magna de la UFRO, a cargo de diferentes expertos e instancias que abordaron el bienestar socioemocional y la salud mental.
Revisa las presentaciones de nuestros investigadores jóvenes, a continuación:
Charla Magistral de la Dra. Ana Barrera:
«¿Cómo prevenir el suicidio en el contexto universitario? Una mirada desde el desarrollo positivo»
Charla Magistral del Dr. Álvaro Jiménez:
«Duelo por Suicidio y Postvención»
La psiquiatra, académica de la U. de Chile y directora del Núcleo Milenio Imhay señaló a radio Universidad de Chile que, aunque hubo un descenso en las tasas de suicidio durante la pandemia, ahora se estaría volviendo a los números de antes. Asimismo, expresó su preocupación por los intentos de suicidio en jóvenes.
Dra. Vania Martínez, psiquiatra infantil y del adolescente, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y directora del Núcleo Milenio Imhay.
Este martes 10 de septiembre se conmemora un nuevo Día Mundial para la Prevención del Suicidio. En ese contexto, en conversación con la primera edición de Radioanálisis, la psiquiatra y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Vania Martínez, abordó la situación actual de nuestro país en materia de salud mental.
De acuerdo a la experta, durante los últimos años ha habido “una disminución de las tasas de mortalidad por suicidio” y que este descenso fue “mucho más profundo en pandemia”.
Sin embargo, la directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), advirtió que “ahora todavía no tenemos las estadísticas oficiales, pero lo que vemos es que estamos volviendo a lo anterior”.
En esa misma línea, Martínez aseguró que algo que también preocupa son “los intentos de suicidio y las autolesiones sin intención suicida, que muchas veces son para regular ciertas emociones y crisis de salud mental”, particularmente entre adolescentes y jóvenes.
Consultada respecto a las políticas públicas que se pueden implementar para ayudar a ese grupo etario en particular, la especialista apuntó al rol que juegan los establecimientos educacionales, “que pueden ser un buen lugar para promover una mejor salud mental y detectar situaciones de riesgo”.
La psiquiatra afirmó que en las generaciones más jóvenes se ha avanzado en el tema del estigma: “Ven con mejores ojos acudir a la atención en salud mental, pero aún así, (…) la principal barrera de estudiantes universitarios que tienen problemas de salud mental, incluido el riesgo suicida, es: ‘pensé que me las podía arreglar por mi mismo o mi misma’”.
“Uno pudiera pensar que podría estar dentro de los problemas el acceso, por el costo que puede tener o por el tiempo, pero esta barrera es más importante, que a las personas les cuesta reconocer en qué momento es necesario pedir ayuda”, indicó.
Justamente, en cuanto a los factores que explicarían por qué las tasas de suicidio son más altas en los hombres, Martínez observó que a ellos “les cuesta más pedir ayuda y tocar estas temáticas”.
“Nosotros en la Universidad de Chile, por ejemplo, tenemos un poco más de matrícula de mujeres que de hombres, pero en la encuesta, que es voluntaria, por cada un hombre contestan tres o cuatro mujeres. Entonces, las mujeres están más disponibles para hablar de salud mental y también para pedir ayuda”, dijo.
Otro factor, añadió la académica, es el uso de alcohol y drogas que es más prevalente en hombres, además de determinados mandatos culturales que incitarían a los hombres a ser más “exitosos”.
“Están esos mandatos para los hombres, pero las mujeres tienen más intentos de suicidio y más riesgo de autolesiones, de depresión y de ansiedad. Entonces, tenemos que tener una perspectiva de género sin descuidar a ninguno”, sostuvo.
Revisa la entrevista completa aquí:
Septiembre se ha transformado en el mes de prevención del suicidio, donde se busca concientizar sobre esta situación que es una de las principales causas de muerte en nuestro país en personas entre los 15 y 28 años. Para hablar sobre este tema y cómo ayudar en nuestro entorno, la red de radios regionales conversó con la la psiquiatra infanto juvenil y directora del Núcleo Milenio Imhay, Dra. Vania Martínez.
Revisa la entrevista completa aquí:
La adolescencia transcurre entre los 10 y 19 años, un periodo marcado por emociones intensas y de nuevas necesidades que tienden a tensar la relación entre padres e hijos. Una buena comunicación con los adolescentes puede ayudar a establecer mejores lazos, pero es un trabajo continuo que comienza por no enjuiciar, establecer límites en la relación, trabajar las inseguridades de ambas partes y ofrecer refuerzos positivos. Sobre este tema fue entrevistado por el programa Sana Mente de CNN, el investigador principal de Imhay y académico de la UAndes, Dr. Jorge Gaete.
Revisa la nota completa a continuación:
El Primer Informe Nacional de Bienestar de la Niñez en Chile 2024, reveló esta realidad en la zona. Balaceras y peleas frecuentes confirman este panorama. Sobre este tema fue entrevistada la directora de Imhay y académica de la Universidad de Chile, Dra. Vania Martínez.
que afecta hoy a la po- blación infanto juvenil dela Región de Antofagasta. Desde el 2017 la cifra de niños, niñas y adolescentes (NNA’s) que viven en barrios con violencia crítica aumentó de un 37% a un 47%, panorama que se dio a conocer en el Primer Informe Nacional de Bienestar dela Niñez en Chile 2024, efectuado del Observatorio de la Niñez.
“Antofagasta es una de las nueve regiones en que ha aumentado la proporción de este grupo etario en barrios con violencia critica. Entre las causas se encuentran la crisis de seguridad y el aumento en la circulación de armas, junto al hecho de que ha crecido la percepción de que en los barrios hay balaceras, situación que también se ratifica en otras encuestas y estudios de este tipo. Por otro lado, también puede estar influyendo el crecimiento de esta población, sumado a que se está concentrando en asentamientos informales”, comentó Paloma del Villar, directora del Observatorio dela Niñez, de Fundación Colunga.
Actualmente son más de 81 mil NNA´s que residen en estos sectores, donde las balaceras y peleas entre grupos delictuales son cada vez más recurrentes.
Además se agrega el antecedente que en solo siete años, esta población en la región logró aumentar en un 5%, con posibilidades ciertas que en un corto y mediano plazo esta cifra continúe creciendo.
Afectación
Frente a este panorama, una de las principales afectaciones guarda directa relación con el desarrollo cognitivo y emocional de este grupo etario. Esto estaría generando la aparición de conductas que interfieren en la forma en que se desenvuelven cotidianamente en el mundo social y educativo.
“En lugar de centrarnos únicamente en medidas punitivas, debemos abordar cómo prevenir las consecuencias adversas de la violencia en el desarrollo infantil y proteger a los niños de estos entornos perjudiciales”, declaró la directora del Observatorio dela Niñez.
Vania Martínez, psiquiatra infantil y del adolescente, junto con desempeñar funciones como académica dela Universidad de Chile, manifestó que tanto en la Región de Antofagasta como a nivel nacional, existe una precarización en cuanto a las redes de apoyo, tanto en el sector público como privado, situación que contribuye a que el ambiente en los barrios se vuelva inseguro.
“Acá se debe entender que lo importante no es trabajar de manera sectorizada, sino que en su conjunto, porque al fin y al cabo la violencia en sectores se debe a que no se han tratado puntos relacionados, por ejemplo, a educación, desarrollo social, entre otros”, añadió la también directora del Núcleo Milenio Imhay.
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El investigador de Imhay y académico de la Universidad de los Andes, Dr. Jorge Gaete, participó en webinar acerca de los desafíos de la violencia digital, donde advirtió sobre la complejidad del fenómeno y la necesidad de abordar el tema con participación de las familias, la comunidad, de quienes sufren los ataque y también de quienes los realizan.
Dr. Jorge Gaete, psiquiatra, investigador principal de Imhay y académico de la Universidad de los Andes
Todas las encuestas e investigaciones lo confirman: en los últimos años, cada vez más personas -niños/as, jóvenes y también adultos- son víctimas de algún tipo de acoso, violencia o perjuicio cometido a través de algún medio tecnológico digital. Y es que estas herramientas de comunicación, que en un principio fueron consideradas como un vehículo para el desarrollo, también se han convertido en un potente amplificador de conductas como la burla, el desprestigio, la humillación o el hostigamiento. Más aún si se considera que varias herramientas digitales funcionan amparadas por el anonimato.
Para abordar esta creciente violencia a través de canales digitales, el Núcleo Milenio de Desigualdades y Oportunidades Digitales (NUDOS), organizó un webinar que contó con la participación de Cecilia Ananías, directora de la ONG Amaranta; el sociólogo e investigador de NUDOS, Raimundo Frei; y el investigador principal del Núcleo Milenio Imhay y académico de la Universidad de los Andes, Dr. Jorge Gaete.
Desde su experiencia como psiquiatra y experto en salud mental infanto juvenil, el Dr. Gaete detalló las consecuencias emocionales que experimentan las víctimas de ciberacoso, de trolling o ‘troleo’, o de grooming (el adulto que en las redes disfraza su edad e identidad para ganarse la confianza de niños o niñas).
Estos actos, explicó el profesional, cuando se repiten en el tiempo, no sólo provocan ansiedad y depresión, sino también “un impacto en la percepción de sí mismo. El acoso repetido puede generar en la víctima una sensación de valor insuficiente, o que se merece el maltrato porque otros así se lo dicen y, finalmente, termina creyendo ese discurso”.
También puede provocar aislamiento social, vergüenza, miedo y “si esto es reiterado y el daño que se produce es muy severo, puede causar también un estrés postraumático formal, con flashback, pesadillas, sensación de hipervigilancia y ansiedad flotante en general”, advirtió el Dr. Gaete.
Víctimas y perpetradores
Un dato revelador acerca de la complejidad del fenómeno del acoso es que entre 85 y 90 por ciento de quienes hostigan o agreden, a su vez, también son víctimas de bullying.
“Como es un fenómeno que está basado en elementos más bien de funcionamiento social y de grupo, es importante mencionar que no hay características que digan que una persona es típicamente víctima o que esta otra es típicamente agresora”, mencionó el investigador de Imhay. “Hay que tener cuidado con esas etiquetas, porque muchas veces lo que va detrás es estigma y una concepción acerca del rol que tienen las personas dentro de un grupo en particular. Por ejemplo, se piensa que las víctimas podrían ser más tímidas, con menos habilidades sociales, con menos capacidad de defensa. ¡Cuidado con eso! Puede que sea, pero también hay perpetradores/as con las mismas características y, en ese sentido, hay que tener bastante cuidado con la etiqueta. Las causas de la agresión son multifactoriales”.
Respecto a las estrategias para enfrentar este problema, el investigador de Imhay citó un metaanálisis de 2019 de la científica irlandesa Hannah Gaffney, que luego de revisar 24 trabajos sobre programas de prevención del ciberacoso concluyó que, en general, las iniciativas pueden reducir en 15 por ciento la perpetración, y en 14 por ciento la victimización. “Los resultados son muy variables, ya que no todas las intervenciones son iguales. Hay algunas sobre las cuales no tenemos claridad del impacto que generan, entonces hay que tener mucho cuidado todavía”, comentó el investigador de Imhay.
Y agregó que en estas acciones preventivas deberían incluirse también los/as perpetradores/as: “especialmente en el contexto educacional, pero separados de las víctimas, no juntarlas, no generar esta sensación de que ‘tienen que mediar un proceso’. Eso es complejo, porque muchas veces están en los mismos cursos. Pero es importante tener una mirada de cómo poder trabajar por separado, siempre dando un espacio bien importante a la víctima, porque sabemos que tiene las mayores consecuencias negativas de esto y, en ese sentido, es relevante generar instancias de apoyo, de consejería y de apoyo psicológico en los mismos centros educativos”.
Desarrollar competencias
En su exposición durante la actividad, el Dr. Jorge Gaete insistió en que el fenómeno de la agresividad, canalizada en violencia digital o de cualquier otro tipo, responde a múltiples causas, tanto individuales como familiares e incluso sociales, en el caso de barrios sometidos por la delincuencia. Por eso, recalcó que es importante hacer prevención desarrollando capacidades internas en la juventud.
“Muchas veces algunos elementos de violencia tienen que ver con que no puedo manejar emociones como la rabia, la agresión, que pueden ser naturales y esperables para un chico o chica que de repente sí se siente frustrado/a. Yo diría que hay un énfasis ahí, en cómo lo regulo y cómo manejo esa emoción a través de estrategias con un desarrollo más bien de la capacidad. Lo mismo con la familia: un énfasis en mejorar las estrategias parentales acerca de la comunicación, cómo mantener la confianza estableciendo, al mismo tiempo, límites sobre lo que puede o no podría hacer, pero no todo tan punitivo, tan restrictivo. Muchas veces eso nos juega en contra. Hay que desarrollar competencias en distintos niveles”.
Además, enfatizó en que el fenómeno del acoso a través de las redes digitales no debe verse de manera particular, sino que “hay que tener la visión de un modelo de intervención mucho más amplio, y probablemente, desde la prevención del bullying tradicional y una bajada al ciberacoso, y no al revés. Eso, en general, tiene mayor efectividad. Y en ese sentido, cuando se involucra, por ejemplo, a la comunidad educativa, padres y a toda la comunidad, tiene mucho más impacto también. Es decir, no sólo multinivel, sino multicomponente también”.
Ve el webinar completo, a continuación:
DIRECCIÓN
Profesor Alberto Zañartu n°1030
Independencia, Santiago de Chile
Núcleo para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes.
Imhay 2025