En Revista YA de El Mercurio, cinco expertos, entre ellos la académica U. de Chile e investigadora senior de Imhay, Dra. Graciela Rojas, explican los grandes temas que requieren atención para mejorar el bienestar emocional durante los primeros meses del año. Con estas propuestas se pueden revisar hábitos particulares que afectan o mejoran la psiquis de las personas y que van desde los vínculos con amigos y familia, hasta plantearse metas realistas para evitar la frustración.
La Dra. Graciela Rojas, académica de la U. de Chile e investigadora senior de Imhay explica a Revista YA que autoconocerse también implica notar cuando hay cambios de ánimo, cuando aparecen síntomas que indican un deterioro de la salud mental
La lista es siempre larga, con variaciones y pocas veces realista: hacer ejercicio, dejar de fumar, comer sano, poner límites en el trabajo, estresarse menos. Son algunas de las metas típicas de cada enero. Todas apuntan a mejorar el bienestar y tener una buena salud mental. ¿Cómo podrían integrarse esos cambios para mantenerlos a largo plazo y mejorar efectivamente el bienestar psicológico?
Aproximadamente un tercio de las personas se fija metas cada inicio de año, pero cumplirlas es otra cuestión. Según un estudio realizado en septiembre de 2023 por la doctora en Psicología y una de las oradoras más solicitadas sobre liderazgo, motivación y cambio en Estados Unidos, Michelle Rozen, la mayoría abandona sus propósitos a mediados de año. Estos fracasos pueden conducir a lo que algunos psicólogos describen como un ciclo anual de «síndrome de falsa esperanza».
La clave es lo que algunos estudios denominan «los pilares de la salud mental», y como cada realidad es distinta, dos psicólogos y tres psiquiatras recomiendan abordar el bienestar emocional desde cuatro dimensiones para que cada persona pueda ordenarse según sus vivencias: estar conectado con otros, el «aquí y el ahora», el propósito y el autoconocimiento.
Como la salud mental depende de múltiples factores, estructurar el bienestar personal basado en estos cuatro pilares permitirá hacer una revisión personal de los desafíos individuales del año para mejorar la salud mental, dice el psiquiatra de UC Christus Pablo Toro:
-Hay que analizar cuáles variables dependen de mí, cuáles no, dónde estoy poniendo demasiados huevos en la canasta y qué área requiere mayores esfuerzos.
El psiquiatra de la Clínica Indisa y académico de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), Álvaro Aravena, plantea que con este ejercicio «vienen preguntas que son grandes», y recomienda generar espacios de reflexión personal para revisar si los estilos de vida que estamos llevando permiten autoconocernos.
Desde una perspectiva más amplia, el psicólogo y director del Instituto de Bienestar Socioemocional (IBEM) de la Universidad del Desarrollo, Jaime Silva, explica que «promover, facilitar, gestionar nuestro bienestar psicológico se vuelve como un tema central en la discusión, ya no solamente individual, sino que más como un tema de salud pública». Eso lo confirma el estudio «Monitor Global de Salud 2023» de la consultora internacional Ipsos -que muestra la percepción de más de 23 mil personas en 31 países-, que posiciona a Chile como el segundo país con mayor deterioro de la salud mental en los últimos años: dos de cada tres chilenos creen que la salud mental es el mayor problema de salud que enfrenta el país en la actualidad.
Primero: Estar conectado con otros
Cuatro de cada 10 chilenos dicen sentirse tristes la mayor parte del tiempo, según el estudio sobre «Bienestar Emocional de los Chilenos Post Pandemia», realizado por la Escuela de Psicología de la Universidad de los Andes en agosto de 2023. Además, el Termómetro de la Salud Mental en Chile, una investigación de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, indica que uno de cada cinco chilenos se siente solo, cifra que se agrava con las mujeres: una de cada cuatro se siente sola.
El psiquiatra de la Clínica Indisa Álvaro Aravena explica que la salud mental es el conjunto de capacidades que los seres humanos desarrollan para estar conectados. Por lo tanto, «una de las primeras señales cuando alguien está con un problema de salud mental tiene que ver precisamente cuando empieza a perder esta capacidad de relacionarse con el mundo o con las otras personas. Empiezan a quedar aislados y un poco más enojados porque el mundo no funciona como creen que debería funcionar», explica.
Aravena agrega que cuando aparecen esos síntomas, sumados a la falta de avanzar en proyectos, se traduce en la falta de autocuidado. Y agrega:
-Nos estamos quedando solos, nos estamos enfermando y está siendo un síntoma gigante del malestar de nuestra sociedad, cada vez más profundo.
Coincide el psicólogo Jaime Silva, quien reitera que «no existe salud mental positiva si no hay relaciones humanas positivas». Lo explica:
-Para tener un buen 2024 tenemos que reconectar con otros; tenemos que de alguna manera promover nuestra participación, nuestra comunicación en relaciones nutritivas con otras personas. Todo lo que hagamos por tener conexiones saludables con otros nos va a generar un estado de bienestar psicológico.
En ese sentido, Silva aclara que eso no significa ser radical y descartar aquellas relaciones que compliquen el bienestar psicológico, sino encontrar un equilibrio entre las relaciones que «de alguna manera te comprometen, pero que al mismo tiempo te hacen sentido».
La médica, profesora titular de Psiquiatría en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile e investigadora senior del Núcleo Milenio Imhay, Graciela Rojas, destaca que a nivel nacional existen programas de salud mental en los sectores público y privado, pero aclara que en distintos casos no es necesaria la ayuda psicológica: «Muchas veces se puede pedir consejos en el entorno familiar o entre los amigos. Las ayudas no siempre tienen que ser profesionales y no siempre tienen que ser pagadas».
Una buena conversación y ser capaz de desahogarse con algún familiar o amigo es esencial para mejorar la salud mental. Así lo recalca la directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Central, Carolina Pezoa, quien insiste en que «la solución es mejorar mis interacciones».
En el caso de aquellas personas que no se sientan cómodas en su red de vínculos actual, Pezoa dice con certeza:
-Siempre se pueden ampliar esas redes (…). Y hay casos en que habrá que emprender una búsqueda para tener un amigo y abrirse más a conocer personas que realmente estén dispuestas. ¿Cómo? Con actividades o hobbies que me satisfagan, buscando intereses en común con otros para vincularse desde ahí.
Segundo: El «aquí y ahora»
Hacer actividades que «nos conecten con el presente de forma simple» genera bienestar emocional. Para algunas personas, puede ser caminar en la plaza, escuchar una canción, hacer ejercicio o incluso limpiar. El psicólogo Jaime Silva dice que aunque el concepto pareciera un lugar común, este tipo de actividades que podrían catalogarse como mindfulness , o vivir el momento, evitan el agobio y la sensación de estar sobrepasado.
-El bienestar psicológico no es solamente estar conectado con los demás, es también tener estos momentos positivos -asegura Silva.
Esta idea es secundada por el psiquiatra Álvaro Aravena, quien explica que la sociedad actual incita a vivir pensando en el futuro y bajo presión:
-Nos repetimos tanto esa idea de vivir el día a día que la vaciamos de contenido, pero tiene un profundo significado existencial para las personas: disfrutar la vida, en el presente, es fundamental.
Aravena recalca que es muy importante disfrutar los pequeños logros y celebrarlos:
-Hay que pensar cómo puedo hacer de hoy día un día bueno: qué cosas puedo hacer sin que sean extraordinarias para disfrutar, qué hoy día le da sentido a mi vida y que me pueda acostar en la noche y decir «hoy día fue un buen día». No fue un día con grandes metas, pero fue un buen día, donde tuvimos avances, donde resolvimos cosas, donde nos enfrentamos a dolor también.
La directora de Psicología en la Universidad Central, Carolina Pezoa, añade:
-Se deben rescatar tanto grandes cosas como pequeñas cosas en la vida que nos causan satisfacción. Y ahí la actitud plena de conciencia, de estar aquí, ahora, es muy importante. Nos perdemos muchas cosas por estar conectados con la tecnología.
Tercero: El propósito y las metas
Las personas que tienen un propósito viven más y son más felices. Así lo confirma el estudio sobre salud y jubilación «The Health and Retirement Study» realizado por el Institute for Social Research (ISR) de la Universidad de Michigan, y en eso coinciden todos los especialistas consultados en este artículo.
El psicólogo Jaime Silva explica que tener planes y «un sentido a largo plazo» es clave para mejorar nuestra salud mental:
-Con esa meta tú vas a hacer un montón de planes; organizas tu día a día, organizas tu semana, tus años con base en eso, y eso te va fortaleciendo, te va dando una sensación de sentido por la vida. Es impresionante el efecto que tiene en la vida de las personas.
Pablo Toro, psiquiatra de UC Christus, dice que es necesario replantearse las metas y, en función de eso, analizar cómo es posible alcanzarlas. Es ahí donde se vuelve fundamental el tiempo:
-Debemos detenernos un momento y contemplar conscientemente en qué estoy, en qué me gustaría estar, ¿es alcanzable o no?, ¿cuáles son las variables que dependen de esto? Y los chilenos tenemos muy poco tiempo para pensar, recién ahora se está iniciando la reducción de la jornada laboral.
Para no perder el foco en las metas, pero disfrutar la vida, es necesario repensar las expectativas. Así lo plantea el psiquiatra Aravena, quien reitera la necesidad de separar los sueños personales de las exigencias y fantasías sociales que promueven las redes sociales:
-Vivimos con expectativas irrealistas a través de Instagram y otras redes sociales, con la idea de que es todo perfecto, pero la vida no es eso. Entonces, si yo voy esperando vivir una vida de esa naturaleza, probablemente voy a vivir con mucha frustración y voy a empezar a demandar con rabia aquello que me están diciendo que me merezco y que suele ser irreal.
Carolina Pezoa lo resume en vivir con cuotas de realidad para ser más felices, y lo explica:
-Los seres humanos tenemos que plantearnos metas con cierto juicio de realidad. Vale decir, que sean metas alcanzables, que estén dentro de la esfera de lo que yo puedo revisar, no dar pasos o saltos en ciego, como por ejemplo sobreendeudarse. Evaluar qué es lo alcanzable y lo no alcanzable y con eso se evitan frustraciones.
Cuarto: El autoconocimiento
¿Qué queremos y qué necesitamos? Hacerse esas preguntas es necesario para poder visualizar un entorno sano y con proyecciones a futuro. El psicólogo Jaime Silva dice que «el autoconocimiento parece ser una clave importante en el desarrollo positivo y psicológico de las personas».
Silva sugiere la psicoterapia como un buen mecanismo, pero también a través de las relaciones interpersonales:
-Cuando uno tiene relaciones y reflexiones con otras personas, usualmente esas conversaciones y reflexiones van creando autoconocimiento: uno se conoce también a través de los otros. Por eso los pilares están interconectados.
Graciela Rojas, profesora titular de Psiquiatría en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, explica que autoconocerse también implica notar cuando hay cambios de ánimo, cuando aparecen síntomas que indican un deterioro de la salud mental:
-Si uno no está durmiendo bien, siente miedo, anda atemorizado por la calle, y uno tiene disminución del ánimo a tal punto de que interfiere con la vida cotidiana que uno normalmente llevaba, entonces uno puede hacerse la pregunta ¿en qué tengo que cambiar, si es que yo misma puedo cambiar, o si necesito ayuda? Ya sea de mi red social o profesional.
En ese sentido, el psiquiatra Pablo Toro comenta que para mejorar el bienestar emocional y autoconocerse es necesario identificar cuánto pesa cada uno de estos pilares en la vida: «Detenerse y evaluar qué cosas son las que me hacen bien, qué tengo que cuidar para que me sigan haciendo bien».
Álvaro Aravena concluye que empatizar con uno mismo es imprescindible para mejorar nuestra salud mental. Y eso incluye «ser más compasivos con nosotros mismos, cuidarnos más, reconocernos más. Y mirar cuáles ideas y cuáles sentimientos son míos y cuáles son prestados. Darnos un tiempo para estar bien hoy día y no solo mañana, no hipotecar nuestro bienestar».
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Cuatro proyectos postulados por integrantes de Imhay fueron propuestos para adjudicación, lo que les permitirá continuar profundizando en sus líneas de investigación y generando evidencia sobre salud mental de adolescentes y jóvenes por los próximos cuatros años.
La Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) comunicó los resultados del exigente y competitivo Concurso Fondecyt Regular 2024, el que busca fomentar la investigación científico-tecnológica en diversas áreas del conocimiento, respaldando proyectos de investigación individual de excelencia orientados a la generación de conocimiento.
En esta oportunidad, el concurso adjudicó un total de 693 proyectos de base científico-tecnológica a nivel nacional y dentro de ellos 4 propuestas de investigadoras/es de Imhay resultaron ganadoras.
A continuación te contamos de qué tratará cada proyecto:
“Trayectorias de Aprendizaje de Estudiantes Universitarios de pre y postgrado y profesionales indígenas en las disciplinas de Matemáticas e Ingeniería en Universidades Chilenas desde una perspectiva de género”
Investigadora responsable: Dra. Marta Silva, académica de la Facultad de Humanidades de la Universidad Austral de Chile e investigadora principal del Núcleo Milenio Imhay.
Objetivo de la investigación: Explorar las dinámicas y factores socioculturales, incluyendo la perspectiva de género, que impactan en los recorridos de aprendizaje formales y no formales desde la infancia hasta la juventud y adultez de estudiantes de pre y postgrado y profesionales indígenas en relación al desarrollo de sus habilidades, intereses y motivaciones para continuar sus estudios y posterior vida laboral en las disciplinas de matemáticas e ingeniería.
Uno de los aspectos que explorará este proyecto es respecto a las emociones que genera llamada la “ansiedad matemática”, fenómeno que puede afectar significativamente el rendimiento académico y la experiencia de aprendizaje de los estudiantes.
Además se estudiará la relación entre el bienestar y la salud mental en estudiantes indígenas, aspectos donde se ha observado que existe una estrecha conexión.
“Biosocialidad y configuración del sujeto de derecho con diagnóstico de enfermedad psiquiátrica en Chile”
Investigadora responsable: Dra. Jimena Carrasco, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile e investigadora adjunta del Núcleo Milenio Imhay.
Objetivo de la investigación: Analizar articulaciones entre procesos de subjetivación que se dan a partir de la participación social y la reivindicación de derechos de usuarios de servicios de Salud Mental y Psiquiatría (SMyP) y el marco legal chileno para proponer estrategias tanto a grupos de usuarios de SMyP como a tomadores de decisiones.
Para el logro de dicho objetivo se propone un diseño interdisciplinario que permita el diálogo entre estudios sociales de la psiquiatría y las prácticas PSI y el derecho, combinando elementos de un diseño etnográfico con estudios filosófico-jurídicos de tradición analítica.
“Signos precoces del trastorno formal del pensamiento: Mapeando la funcionalidad de las interacciones comunicativas en Estados Mentales de Alto Riesgo Clínico (EMAR)”
Investigadora responsable: Dra. Alicia Figueroa, directora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Sur de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile e investigadora adjunta del Núcleo Milenio Imhay
Objetivo de la investigación: Analizar las características de las interacciones comunicativas en la población con Estados Mentales de Alto Riesgo Clínico (EMAR) y esquizofrenia (EQZ), evaluando la presencia de síntomas de Trastorno Formal del Pensamiento (TFP) y las cualidades de alineamiento interaccional. Además, se busca proporcionar una comprensión más completa de cómo se manifiestan los síntomas de TFP, lo cual puede servir para predecir la psicosis en las etapas prodrómicas.
Con el propósito de cumplir con los objetivos se desarrollará un modelo sobre la funcionalidad comunicativa en EMAR, ya que actualmente no existe.
“Impulsividad y calidad del sueño como predictores de síntomas de conductas adictivas y depresión en la adultez emergente”
Investigador responsable: Dr. Álvaro Vergés, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de los Andes e investigador adjunto del Núcleo Milenio Imhay.
Objetivo de la investigación: Investigar la asociación entre las facetas de la impulsividad, la calidad del sueño, las conductas adictivas y los síntomas depresivos. El estudio utilizará un diseño que incorpora evaluaciones anuales y recopilación intensiva de datos a través de Evaluación Ecológica Momentánea (EMA). La investigación se llevará a cabo como parte del Estudio de Crecimiento y Obesidad (ECO).
Belén Vargas, psicóloga que forma parte de Imhay y actual estudiante de Doctorado en Psicoterapia, llegó hasta la ciudad de Melbourne para compartir su investigación doctoral y establecer vínculos colaborativos con integrantes de Orygen, el Centro Nacional de Excelencia en Salud Mental Juvenil de Australia, organización líder mundial en investigación y transferencia de conocimientos centrada en la salud mental de los jóvenes.
Belén Vargas, investigadora doctoral de Imhay, participó de un programa de intercambio bajo la tutela de la Dra. Jo Robinson, afamada especialista en salud mental y jefa de investigación en prevención del suicidio del Instituto Orygen de la Universidad de Melbourne.
Cuando la psicóloga Belén Vargas, investigadora doctoral del Núcleo Milenio Imhay llegó a Australia en octubre pasado, una de las primeras cosas que le llamó la atención fue encontrar en cada uno de los ascensores de su residencia estudiantil, un afiche que decía ‘R U OK?’ (‘¿Estás bien?’). Se trataba de una campaña para animar a la comunidad, y especialmente a niños, niñas y jóvenes desde educación primaria hasta universitaria, para preocuparse por el bienestar de quienes están a su alrededor a través de la simple pero eficaz pregunta ‘¿Estás bien?’.
La iniciativa surgió de Gavin Larkin, un joven cuyo padre falleció por suicidio, lo cual dejó a la familia impactada y plagada de interrogantes. Para proteger a otras familias y ayudar a prevenir, creó una fundación y una campaña centrada en el valor de una conversación oportuna.
“Y afiches como ese están por todas partes”, cuenta Belén. “Un día fui a una tienda y dentro de las cosas que tenían, tú podías comprar por un dólar – también como soporte a la fundación- un magneto con consejos sobre cómo apoyar a otro en temas de salud mental. Entonces eso está muy instalado, es súper interesante, y son iniciativas que no son del Estado sino que de fundaciones. Eso lo encontré bien potente. Yo creo que también es algo que nos falta, que pudiésemos también aprender para Chile”.
La joven profesional, magíster en Psicología Clínica Infanto-Juvenil y doctorante en Psicoterapia de la Universidad de Chile y Pontificia Universidad Católica de Chile, participó de un programa de intercambio bajo la tutela de la Dra. Jo Robinson, afamada especialista en salud mental y jefa de investigación en prevención del suicidio del Instituto Orygen, dependiente de la Universidad de Melbourne. Allí Belén Vargas recogió experiencias para enriquecer su tesis doctoral acerca de cómo prevenir el suicidio en comunidades educativas y, en específico, la intervención que están aplicando en Chile los Ministerios de Salud y de Educación en las escuelas.
“Realicé esta pasantía, principalmente para poder enriquecer mi proyecto, aprender sobre intervenciones que actualmente se están haciendo en escuelas y también sobre métodos de investigación que, sin duda, nutrirán toda la base para la aplicación de mi tesis”, explica la joven científica de Imhay.
“Ellos ya están avanzando en la evaluación de intervenciones en las escuelas, pero también en intervenciones en medios digitales y en redes sociales. Me interesó mucho ir a Australia a conocer respecto a cómo investigan en conjunto con personas jóvenes. Todo lo que ellos realizan hoy en día y toda la investigación la hacen con participación activa de la juventud. Eso es algo que para Imhay también es importante”.
Intervenciones más allá del ‘uno a uno’
En su estadía de investigación, la profesional pudo compartir los avances de su tesis doctoral y generar vínculos colaborativos en el ámbito de la salud mental y prevención del suicidio con diversos expertos de Australia.
Belén Vargas se interesó por la investigación en salud mental empezando su carrera profesional trabajando como psicóloga en algunas escuelas, porque “surgieron muchas preguntas que quería responder, y por ello comencé a cursar el magíster en Psicología Clínica Infanto-Juvenil en la U. de Chile. Allí hice mis primeros trabajos como asistente de investigación, relacionados con salud mental escolar”, recuerda la profesional.
“Mi primer trabajo fue en una escuela de mucha vulnerabilidad en la comuna de La Pintana. Allí me di cuenta de que seguir con un enfoque de ‘uno a uno’ era poco eficiente, porque las necesidades y dificultades eran hartas. Había gran cantidad de estudiantes con muchos problemas. Entonces comencé a preguntarme de qué manera podemos actuar antes de que se instalen los trastornos o incluso en una etapa más temprana a la aparición de estos; pero también cómo hacerlo de manera mucho más eficiente para llegar a más cantidad de personas”.
Dado su interés por las políticas públicas, desde 2017 Belén Vargas forma parte del Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud, donde además actualmente es coordinadora del Programa Nacional de Prevención del Suicidio.
¿Qué te llamó la atención de los programas y la forma que tienen en Australia para enfrentarse a estos temas?
Si bien el objetivo primordial de mi pasantía fue conocer nuevas metodologías de investigación e información para nutrir mi tesis, inevitablemente para mí el interés también estuvo puesto en cómo ellos desarrollan y ejecutan políticas públicas para estos temas. Para ello generé reuniones con diferentes académicos y también con personas encargadas de programas en importantes organizaciones.
Algo que encontré muy valioso de Australia es la cantidad de recursos que tienen para abordar esta temática y que es mucho más grande de lo que tenemos en Chile a nivel de Estado. La inversión que hacen en salud mental es altísima, y específicamente para prevención de suicidio invierten bastante. Incluso tienen fondos de investigación específicos para prevención de suicidio que financian grandes estudios y cada año se dispone de ellos para poner en marcha distintos proyectos.
¿En Australia tienen altas prevalencias de suicidio o más bien se trata de que cuentan con una sensibilidad especial hacia el tema?
Ambos. En general, en salud mental tienen una alta preocupación por generar investigación y programas. Por ejemplo, una parte es lo que el Estado cubre, pero también hay mucha filantropía, personas que hacen donaciones para que funcionen centros de investigación, como es el caso de Orygen.
Lo otro que me llamó la atención es el nivel de trabajo muy colaborativo con la sociedad civil. Es algo que me gustaría que en Chile estuviese mucho más desarrollado. Y siempre con un sentido de responsabilidad de poner en marcha iniciativas seguras para la comunidad y basadas en la evidencia.
Ahora, a nivel de similitudes con Chile, fue sorpresivo darme cuenta de que -aún cuando tienen más del doble de recursos que nuestro país- tienen las mismas dificultades que nosotros para investigar y generar estudios más sustentables, es decir, que también están tratando de ver cómo lograr un mayor impacto con la investigación que realizan.
Eso también tiene que ver con mi proyecto de tesis: la forma tradicional que tenemos de hacer ciencia es que primero investigamos en las condiciones ideales, y luego vemos cómo lo transferimos al mundo real. El tema es que para hacer eso te demoras muchos años, y cuando terminas tu investigación, el mundo real ya cambió y necesitas varios años más para hacer un nuevo estudio para ver cómo implementarlo de manera efectiva. La tendencia actual es investigar desde un inicio con un foco puesto en cómo se va a implementar en el mundo real. Incorporar a jóvenes e implementadores en los diseños de las intervenciones es el camino, porque ahí ya estás considerando el mundo real. Mi proyecto de tesis justamente busca aquello, acelerar la implementación de intervenciones informadas por la evidencia en las políticas públicas y las comunidades.
Chile es el quinto país que más consume redes sociales a nivel mundial, según el estudio de Electronics Hub, que analizó los hábitos de usuarios de smartphones, computadores, pantallas y videojuegos de 45 países. A raíz de la elevada exposición de nuestro país en varías categorías del estudio, expertos del área, entre ellos el investigador de Imhay, Dr. Álvaro Jiménez, entregaron recomendaciones para tener una relación saludable con las redes sociales.
Para muchos, la primera década del siglo XXI implicó una explosión de la tecnología. Y desde ese momento el impacto de la era digital ha sido transversal, transformado a nivel sociedad la forma en que llevamos a cabo nuestra vida diaria.
Fue en este contexto que Electronics Hub realizó un estudio global sobre hábitos de usuarios en smartphones, computadores y videojuegos en 45 países. Según los resultados, nuestro país ocupa el quinto lugar a nivel mundial en el tiempo dedicado diariamente a redes sociales, con 3 horas y 28 minutos (20.80%), solo siendo antecedidos por Sudáfrica, Brasil, Filipinas y Colombia.
También, ocupamos los primeros puestos en otras categorías del estudio como: quiénes pasan más de la mitad del día online, donde estamos en el sexto lugar; el séptimo en quienes están más conectados en computadores; y el quinto en el tiempo dedicado a navegar por redes sociales.
En nuestro programa de salud mental y bienestar Sana Mente, hemos abordado este tema con diversos expertos, quienes han analizado esta realidad y han entregado diversas recomendaciones.
El psicólogo y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, Cristóbal Hernández, explica que “una de las cosas que tienen las redes sociales es capturar nuestra atención, y como captura nuestra atención, no nos damos cuenta del sentido de lo que estamos haciendo en el momento”.
El experto, recomienda además que “si queremos controlar el tiempo que pasamos en redes sociales, hay que planificarlo antes. Por ejemplo, estrategias que pueden ser útiles, cuando estoy en mi lugar de trabajo o cuando estoy con amigos, dejar mi teléfono en la mochila o fuera del alcance de mis manos.”
No obstante, los efectos de esta exposición se extienden, pudiendo en algunos casos desencadenar problemas emocionales o de salud mental. Respecto a esto, Álvaro Jiménez, académico de la Universidad San Sebastián e investigador del Núcleo Milenio Imhay, explicó que “se puede observar una asociación entre la masificación de las redes sociales, y particularmente de redes sociales como Instagram, y el incremento de algunas sintomatologías asociadas a problemas de salud mental. Por ejemplo, sintomatología ansioso-depresiva.”
Revelando además que “las adolescentes mujeres son mucho más sensibles a las dinámicas de inclusión y exclusión social que se producen en estas plataformas digitales. Y también parecen tener una mayor reactividad emocional al tipo de comentarios negativos que se producen en las redes sociales”.
En esta línea, Hernández invita a una utilización responsable de redes sociales y a pensar que el “mundo virtual no es un mundo falso”. “Cuando estoy hablando con alguien por redes sociales, hay alguien más sentado, con sentimientos, con una historia, con emociones y también con una perspectiva de la vida. Qué quiere decir eso, que tengo que tener el mismo respeto por alguien cuando estoy hablando por redes sociales, que cuando lo estoy haciendo cara a cara”.
¿Y en el caso de niños y adolescentes?
Para los nativos digitales el uso de Internet y redes sociales es una cotidianidad. Así lo refleja el estudio de Kaspersky “Niños Digitales”, que, según sus cifras, la mitad de los menores de 18 años chilenos (55%) tiene alguna cuenta en redes sociales
Ante estas cifras es que Jiménez recomienda tanto a padres como adolescentes una “alfabetización en términos de cómo resguardar la información que comparto, qué tipo de información puedo y no compartir a través de estas plataformas.”
Por último, sugiere a los padres desarrollar la capacidad de negociar los tiempos de uso tecnológico del adolescente y “saber muy bien qué tipo de red social está usando su hijo o hija”.
Te invitamos a ver el siguiente video “¿Cómo mejorar nuestra relación con las redes sociales?” de nuestro programa Sana Mente, coproducción entre CNN Chile, Fundaciones Rasmus y Grupo CAP.
Fuente: Futuro 360, CNN Chile.
También conocida como atención plena, este tipo de meditación ayuda a los menores en la regulación de las emociones, la reducción de síntomas ansiosos y la capacidad de concentración, entre otros. Para iniciar su práctica, una caminata al aire libre o una salida a la plaza son buenas alternativas. Sobre este tema fue entrevistado por El Mercurio, el director alterno de Imhay y académico de la Universidad San Sebastián, Dr. Álvaro Langer.
En el caso de los adolescentes, se ha comprobado que el mindfulness puede ser especialmente beneficioso para prevenir problemas de salud mental, como ansiedad, y aumentar el bienestar, según también ha podido observar en sus investigaciones el director alterno de Imhay, Dr. Álvaro Langer.
Un tipo de meditación conocida como mindfulness ha ganado popularidad en el último tiempo debido a los beneficios que ha mostrado para la salud mental y el bienestar general en múltiples investigaciones científicas.
Y aunque la meditación se suele asociar a una práctica que puede ser difícil de lograr, el mindfulness no es un tema exclusivamente de adultos. Se trata de una herramienta que puede ser muy útil para niños y adolescentes, según aseguran especialistas locales entrevistados.
«Hay mucha evidencia robusta que indica que ayuda al bienestar, a la reducción de síntomas ansiosos y al aumento de las emociones agradables y que permite afrontar mejor las difíciles», explica Claudio Araya, director del magíster en mindfulness de la Escuela de Psicología de la U. Adolfo Ibáñez.
«En el caso de los niños, es igualmente útil. Se debe practicar desde los cinco años en adelante, aproximadamente, dado que a esa edad ellos ya pueden dirigir un poco más su atención», agrega Araya, quien hizo un estudio sobre los beneficios de esta meditación en escolares de Chile de entre cuarto y quinto básico.
«Entre otras cosas, vimos que favorecía a la conciencia de las propias emociones, inhibiendo las consultas impulsivas; y eso es muy importante en los niños, porque aprenden a detenerse ante las situaciones para pensar cómo resolverlas», comenta el experto.
Y ejemplifica: «Si un amiguito lo empuja, una respuesta impulsiva sería empujarlo de vuelta, pero el mindfulness les permite detenerse en lo que sienten y tener una respuesta más calmada, preguntarle a su compañero cómo se siente o pedir ayuda. Eso es un tremendo recurso para la vida adulta».
Susana Saravia, psicóloga infanto-juvenil de Clínica Universidad de los Andes, resalta ese beneficio del control emocional. «Lo relevante de esta práctica es que pasas de tener una mente ansiosa, que constantemente sobrepiensa las cosas o está muy reactiva a los estímulos externos, a una mente que se focaliza en el presente y es capaz de detenerse en lo que está ocurriendo en el momento».
Esto, asegura, es especialmente importante en el contexto académico. «Es una forma de ayudarlos a tener más habilidades de atención, concentración y control de situaciones de angustia», dice Saravia.
El mecanismo detrás tiene que ver con la reducción del estrés a nivel cerebral, que también puede afectar a los niños. «En ellos, esto también se manifiesta con sobrepensar o con estar muy alerta, entonces aprender a mantenerte en el presente ayuda a bajar esos niveles de estrés y a conseguir la regulación de las emociones», explica la psicóloga.
Sobre cuándo y cómo introducir a los menores en este hábito, los entrevistados aseguran que el período de vacaciones es ideal. «Durante una salida a la naturaleza, en una subida a un cerro o una ida al parque, podemos decirle a los niños que presten atención a los pasos que van dando y preguntarles qué siente su cuerpo, qué olores perciben, o decirles que se queden unos minutos oyendo el canto de los pájaros», dice Saravia.
Araya recomienda además ubicar talleres vacacionales donde los menores puedan practicar la meditación en grupo; y de a poco ir incorporándolo como una parte de las salidas a la naturaleza. «Puede ser muy útil algo como ir a la plaza y practicar estar en el momento y prestar atención a las sensaciones», asegura el experto.
En el caso de los adolescentes, se ha comprobado que el mindfulness puede ser especialmente beneficioso para prevenir problemas de salud mental, como ansiedad, y aumentar el bienestar.
Es lo que ha observado Álvaro Langer, investigador de la Facultad de Psicología y Humanidades de la USS y del Núcleo Mileno Imhay, quien está realizando un estudio sobre el mindfulness para jóvenes de educación media en Chile.
«Hemos visto mejoras en el aspecto emocional, con la disminución de la sintomatología ansiosa, y en el bienestar, que se puede dividir en dos tipos, uno que tiene que ver con satisfacción con la vida y emociones positivas, y otro que se relaciona con sensación de empoderamiento», comenta Langer.
Un aspecto a tomar en cuenta en este grupo etario, señala, es evitar que la práctica sea algo impuesto. «Si bien es beneficioso, es muy relevante que le haga sentido al adolescente. Y una forma de llegar a eso es manifestarles cuáles son los beneficios que tiene e invitarlos a probar varias veces para que no se frustren», aconseja el académico.
Algo en lo que coinciden los especialistas es en la importancia de que los padres inciten a la práctica con el ejemplo. «Es importante, porque los niños imitan a los padres y además ellos pueden hablarles a los menores desde su experiencia. Se ha visto que tiene más utilidad cuando la familia está involucrada. Hay estudios que muestran eso», puntualiza Araya.
Fuente: El Mercurio
Si bien el uso de la inteligencia artificial en salud mental es cada vez es mayor, aún sigue siendo un área de investigación incipiente que plantea diversos retos, tanto prácticos como éticos, afirmó la académica de la Facultad de Medicina de la U. de Chile y directora del Núcleo Milenio Imhay, quien enfatizó que “la presencialidad y la calidad humana es algo que no se debe perder”. La profesora Martínez fue una de las protagonistas de la jornada inaugural del Congreso Futuro 2024, evento que contó la presencia de las principales autoridades del país, así como de diversas personalidades del mundo científico.
En su intervención, la directora del Núcleo Milenio Imhay indicó que “uno de los grandes problemas que presenta la juventud en la actualidad dice relación con su salud mental, siendo las enfermedades más frecuentes la depresión, la ansiedad, el consumo problemático de alcohol y otras drogas, y el riesgo suicida”.
Más de un centenar de expositores nacionales e internacionales darán vida al Congreso Futuro, el principal evento de divulgación de la ciencia y el conocimiento en América Latina. ¿IAhora qué hacemos? es la pregunta que marca a la decimotercera edición del cónclave, que durante seis días analizará las oportunidades y amenazas de la Inteligencia Artificial para la humanidad. Este lunes 15 de enero fue el primer día de conferencias en el Centro Cultural CEINA, instancia que reunió a las principales autoridades de país, así como a referentes del mundo científico, encabezadas por el Presidente Gabriel Boric.
Una de las protagonistas de esta jornada inaugural fue la profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), Dra. Vania Martínez, quien abordó los desafíos y oportunidades del uso de la inteligencia artificial en el campo de la salud mental. La académica, además, dio a conocer su experiencia en el estudio e implementación de tecnologías para la prevención de problemas psicológicos en los jóvenes.
En su presentación, titulada «Aplicaciones que curan: tecnologías que mejoran la salud mental de los jóvenes», la experta partió señalando que “uno de los grandes problemas que presenta la juventud en la actualidad dice relación con su salud mental, siendo las enfermedades más frecuentes la depresión, la ansiedad, el consumo problemático de alcohol y otras drogas, y el riesgo suicida”.
Según indicó, a pesar de que tras la pandemia hay una mayor visibilidad de la importancia de la salud mental, todavía existen barreras para acceder a un tratamiento oportuno y adecuado. Entre ellas se encuentran las llamadas “barreras estructurales” y “barreras actitudinales”. Dentro de las primeras están, entre otras, la dificultad para conseguir hora para un especialista y la poca disponibilidad de profesionales de la salud mental; mientras que dentro de las segundas se encuentran aquellas relacionadas con el estigma social que aún cargan las enfermedades mentales y que tienen que ver con el “pensar que acudir a un psicólogo y psiquiatra es para las personas que están locas”.
Más de una década de investigación
Respecto a su trabajo en torno a la aplicación móvil “En la U vamos juntxs”, dirigida a estudiantes universitarios, la profesora Martínez comentó que “un 80% de los jóvenes que tienen ansiedad, tienen también depresión, y un 60% de jóvenes que tiene depresión, tiene ansiedad. Por eso, adaptamos este programa para que no sea solo para uno de estos problemas, sino que para que involucre tanto ansiedad como depresión”.
Tras la pandemia, diversos estudios advirtieron que la salud mental de adolescentes y jóvenes se vio gravemente afectada, aumentando sus niveles de depresión y ansiedad. Si a eso sumamos que en este segmento de la población existe un amplio uso de teléfonos inteligentes y aplicaciones móviles, se convierten en un grupo ideal para realizar acciones de promoción y prevención a través del uso de la tecnología.
La Dra. Martínez, una de las investigadoras pioneras en nuestro país en el estudio del uso de tecnologías en salud mental, comenzó a explorar esta línea de investigación desde el año 2011, cuando implementó el programa “Yo pienso, siento y actúo mejor”, donde trabajó con jóvenes diagnosticados con depresión que se atendían en centros de atención primaria de salud. Para ello, junto a su equipo, conformaron dos grupos, cuyos resultados luego se compararon. A un grupo de ellos se le ofreció un tratamiento con un psicólogo o psiquiatra más el uso de un computador, donde accedían a ejercicios y educación en salud mental. El otro grupo, en tanto, recibía el tratamiento usual para la depresión. “Los resultados demostraron que era mejor hacer este programa versus lo que se hacía habitualmente en el centro de salud”, señaló.
Ese fue el punto de inicio de un trabajo que ya se extiende por más de una década y que ha dado origen al estudio e implementación de programas computacionales y aplicaciones móviles para prevenir problemas de salud mental en adolescentes y jóvenes. Dentro de ellos destacan la plataforma web “Cuida tu Ánimo”, dirigido a estudiantes de colegios, la que luego evolucionó a un App del mismo nombre, y que dentro de sus contenidos incluye ejercicios, psicoeducación, videos y la posibilidad de chatear con un psicólogo del equipo de investigación.
Actualmente, y en estado de estudio piloto, se encuentra trabajando en la aplicación móvil “En la U vamos juntxs”, dirigida a estudiantes universitarios, cuyo formato y contenidos fueron diseñados en conjunto con jóvenes, a través de lo que se conoce como diseño participativo. “En el Núcleo Milenio Imhay hemos querido reforzar el trabajo con estudiantes que están en la universidad, porque sabemos que es un periodo de alto impacto para problemas de salud mental”, comentó la psiquiatra.
Respecto a su objetivo, detalló que “un 80% de los jóvenes que tienen ansiedad, tienen también depresión, y un 60% de jóvenes que tiene depresión, tiene ansiedad. Por eso, adaptamos este programa para que no sea solo para uno de estos problemas, sino que para que involucre tanto ansiedad como depresión”. Además, esta App otorga a los usuarios la posibilidad de chatear con un psicólogo y les entrega contenidos que incluyen estrategias y orientaciones para estudiar mejor, para saber cómo conciliar la vida estudiantil con la vida familiar, técnicas de estudios adecuadas, entre otras.
IAhora: ¿Cómo seguimos?
Frente a la evidencia científica disponible actualmente, la académica de la Facultad de Medicina de la U. de Chile afirmó que “no hay que tenerle miedo a la inteligencia artificial, sino que debemos ser conscientes de su uso”.
Actualmente, la inteligencia artificial está comenzando a considerarse una herramienta de utilidad para mejorar la detección, diagnóstico, tratamiento y apoyo a las personas afectadas por algún problema de salud mental. Sin embargo, la discusión sobre las oportunidades que otorga versus los desafíos y dilemas que plantea, sigue vigente.
Entre los usos y aportes que la inteligencia artificial puede otorgar al campo de la salud mental mencionados por la Dra. Vania Martínez, se encuentran el mejorar el acceso a atención en servicios de salud mental, lograr una detección temprana y oportuna de problemas psicológicos, conseguir un apoyo personalizado para el tratamiento, obtener un monitoreo continuo de síntomas, ayuda en la aplicación de protocolos de intervención y en el entrenamiento de terapeutas, entre otros.
Por otra parte, aunque la inteligencia artificial puede ofrecer un abanico de interesantes oportunidades en el área de la salud mental, también plantea algunos desafíos éticos relacionados a la privacidad y seguridad de los datos, a la falta de empatía y comprensión humana de la tecnología, al riesgo de dependencia tecnológica y al debate respecto a la edad apropiada para su uso. No obstante, frente a la evidencia científica disponible actualmente, la directora del Núcleo Milenio Imhay afirmó que “no hay que tenerle miedo a la inteligencia artificial, sino que debemos ser conscientes de su uso”.
Fotos: Alejandra Fuenzalida, prensa U. de Chile.
Una neurocientífica, una psiquiatra y una bióloga marina forman parte de la edición de este evento que convoca al mundo de la ciencia, la innovación y la tecnología. Florencia Álamos, Vania Martínez y Marcela Ruiz cuentan sobre sus caminos profesionales y cómo desde sus respectivos quehaceres buscan ser un aporte para la conservación marítima, la salud mental y la educación.
VANIA MARTÍNEZ: Soporte emocional para cuidar la salud mental
En cambio, la aplicación para dispositivos móviles busca dar a conocer “herramientas personalizadas para prevenir e intervenir oportunamente la depresión y el riesgo suicida”, explica la psiquiatra desde la Casa Central de la Universidad de Chile donde en unos minutos asistirá al quinto aniversario de Imhay.
La doctora Martínez también se dedica a la divulgación científica: “Que no se quede el conocimiento que tenemos ahí dentro de las universidades o en revistas científicas, sino que llegue a la gente en una manera comprensible».
Por eso publicó un libro junto a Javiera Suazo titulado Tu mundo emocional. Está dirigido a adolescentes entre 10 y 14 años con el objetivo de ayudarles a entender qué son las emociones, para qué sirven y cómo lidiar con ellas cuando ya son demasiado intensas. “Es un libro muy práctico, que es de trabajo, no es sólo lectura”, afirma la especialista.
Sobre los sesgos de género en las ciencias, comenta que, en su área de experticia, que es la psicología, hay más presencia femenina, pero que en cargos de investigación y poder siguen siendo los hombres los más visibles.
Afirma que de a poco esto se está equilibrando, pero se debe tener en cuenta que los sesgos parten en la niñez debido a las diferentes expectativas sobre lo que tienen que hacer los niños y las niñas. La experta también menciona que estas actitudes se ven replicadas por los algoritmos de Inteligencia Artificial.
Menciona a ChatGPT: “Tú le pides nómbrame personas relevantes en la ciencia lo más probable es que te dé más nombres de hombres que de mujeres. Y eso pasa con todo, porque también personas de la literatura, personas destacadas en arte. Y después cuando tú le dices, pero nombraste puros hombres te dice ‘ah, cierto, sí también están estas otras mujeres’”.
Otro ejemplo similar es lo que pasó con la escultura estilo Rodin instalada por parte de Congreso Futuro en el frontis de la Casa Central de la Universidad de Chile. Se trata de una estatua que con IA es capaz de responder preguntas.
“Cuando hicieron el lanzamiento, nuestra rectora, la doctora Rosa Devés, le preguntó ¿cómo se puede hacer, pensador, para que haya más mujeres interesadas en la ciencia y detaquen en la ciencia? Y el pensador le respondió algo como que eso no era importante”, cuenta Vania Martínez.
En cuanto a su participación en Congreso Futuro, el 15 de enero dará una charla llamada “Aplicaciones que curan: tecnologías que mejoran la salud mental de los jóvenes”.
Uno de los temas que va a tratar es sobre la posibilidad de entrenar a un chatbot para que escuche y responda empáticamente. Según ella esto evitaría varios problemas que pueden tener los psiquiatras humanos, como discriminar a un paciente o no darle importancia a lo que les está contando, entre otros ejemplos:
“Si tú eres un psicólogo y estás atendiendo a alguien, a lo mejor estás cansado, es el octavo paciente que viste ese día, no dormiste bien porque tienes una guagua en la casa. No sé, hay muchas cosas que influyen. Entonces imagínate una máquina. Quizás podríamos llegar a un momento en que por lo menos diera una primera acogida, una primera atención y sin estos problemas de que se cansó, de que te discrimina.”
Otro uso que de acuerdo con la experta se le puede dar a la IA es en el proceso de diagnósticos oportunos, seguimiento de protocolos y análisis de datos para que le señalen a los psicólogos qué tipo de tratamiento le puede servir más a un paciente en específico.
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La conducta e ideación suicida es algo que ha existido siempre en la raza humana, sin embargo, en la sociedad chilena existen mitos y temores en los que se cree que hablar del tema puede contribuir al aumento de las muertes. Si bien hay una multiplicidad de causas y distintos factores de riesgo, estudios y expertos, entre ellos, el investigador de Imhay, Dr. Álvaro Jiménez, señalan que el objetivo de las personas que tienen conductas y pensamientos suicidas no es poner fin a su existencia, sino que terminar con su sufrimiento, muchas veces insoportable e invisible para los demás. De ahí la importancia de hablar, preguntar y acompañar sin subestimar el padecimiento del otro.
“El factor de riesgo más importante es un intento de suicidio previo. Por eso a las personas que han intentado suicidarse es importante brindarles apoyo, acompañamiento, seguimiento. Están en mayor riesgo que la población general”, señaló el investigador de Imhay y académico de la Universidad San Sebastián, Dr. Álvaro Jiménez.
“El silencio mata, el preguntar no mata”, dice Paulina del Río sobre los prejuicios y temores que existen respecto a hablar del suicidio y lo crucial que es tocar el tema, más si se tiene la sospecha de que la persona que se tiene al frente puede tener intenciones de atentar contra su vida.
Paulina es la presidenta de la Fundación José Ignacio, una red de apoyo para personas que han perdido a un ser querido en estas circunstancias.
El nombre de la organización es en memoria de su hijo, quien en 2005 y a la edad de 20 años se quitó la vida, hecho que significó un terremoto para Paulina y su familia. Tras años sumida en una profunda depresión, cruzada por la culpa y la recriminación, Paulina logró salir a flote gracias a terapias psicológicas y el apoyo de otras madres que habían vivido lo mismo.
Hoy trabaja incansablemente por ayudar a todo aquel que esté pasando por una situación similar, como también prestar apoyo, compañía y comprensión a quien esté pensando en partir.
“Lo empecé a tomar como el legado que dejó José Ignacio, que me ayudó a entender el problema, me ayudó a abrirme a otras personas que estaban sufriendo. Eso fue muy potente para ir saliendo de mi duelo”, dice en conversación con El Desconcierto.
El suicidio tiene múltiples causas y no hay una sola explicación. Lo que sí está claro es que las personas que atentan contra su vida, no es que quieran morir, sino que buscan terminar con su sufrimiento (físico o emocional) que se vuelve insoportable, donde la muerte se vislumbra como la única solución, tal como planteó Edwin Shneidman, considerado el padre de la suicidología moderna, quien propuso que el suicidio es producto del dolor psicológico.
“El suicidio es por definición un acto voluntario, es una muerte voluntaria. Es consciente y es deliberada”, explica Álvaro Jiménez, académico de la Universidad San Sebastián y parte del equipo de investigación del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes.
El profesional explica que el suicidio supone reflexividad, lenguaje. “Desde ese punto de vista, yo diría que el suicidio es un fenómeno humano. En tanto acto consciente, deliberado, reflexivo, que supone una experiencia de sufrimiento que es particular, distinta al dolor”.
Tasas de suicidio en Chile
En 2022 el Ministerio de Salud publicó el “Informe de Mortalidad por Suicidio en Chile: 2010-2019”, donde se observó una tasa de 11,17 por 100.000 habitantes de edad mayores a cinco años y una tasa estandarizada de 10,47 en el mismo periodo, siguiendo la tendencia mundial a la baja. De hecho, comparando el periodo 2010-2014 con el 2015- 2019, hubo una disminución del 7%.
El promedio de edad fue de 43 años; 44 años en el caso de los hombres y 40 años para las mujeres. Sin embargo, el grupo etario que presentó mayor cantidad de defunciones fue el que va entre los 25 a 29 años, seguido por el grupo entre los 20 a 24 años.
“Algo que hemos aprendido a lo largo de las últimas décadas de investigación es que no hay una causa. Sí hay distintos factores de riesgo, lo cuales se entrecruzan”, señala Jiménez.
“El factor de riesgo más importante es un intento de suicidio previo. Por eso a las personas que han intentado suicidarse es importante brindarles apoyo, acompañamiento, seguimiento. Están en mayor riesgo que la población general”, agrega el investigador.
Mientras que no hay una sola causa, tampoco debe verse como una problemática individual, sino que un tema social. En esa línea, en el año 2003 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las Naciones Unidas declararon el suicidio como un problema de salud pública.
“Hemos ido perdiendo el sentido de comunidad y también eso es lo que postulamos en la Fundación José Ignacio. Tenemos que reconstruir la comunidad”, dice Paulina del Río.
“No tenemos dónde dejarnos caer. Estamos muy solos. El mal de hoy probablemente es la soledad. Incluso rodeados de gente estamos solos. Es un sentimiento interno”, agrega. Del Río cita a Humberto Maturana quien decía que “hay que ver al otro como un legítimo otro”, validar su dolor sin subestimarlo. Intentar comprender su sufrimiento interno, el padecimiento que lo puede llevar a la ideación suicida.
“Tenemos que aprender a estar más que a qué decir. No hay ninguna forma en la que tú me puedas aterrizar y que yo quiera dejar de morir con lo que tú me puedas decir”, explica Francisco, quien intentó terminar con su vida en dos ocasiones y que muchas veces se sintió subestimado e incomprendido respecto a su padecimiento.
La última vez que intentó quitarse la vida fue en enero de 2013, después de las fiestas de fin de año y a tres meses del fallecimiento de su madre. Francisco, en ese entonces de 22 años, tuvo que hacerse cargo de sus seis hermanos menores, arrastrando además una profunda depresión a raíz de la inestabilidad y violencia al interior de su familia que, sumado a otros factores que influyeron en que su salud mental se deteriorara.
Como ocurre en la mayoría de las veces, Francisco intentó atentar contra su vida cuando no había ningún familiar cerca. “Sólo pensaba ‘al fin, al fin dejo de sentir, al fin ya no voy a sentir nada´’. Yo sentía paz, mucha tranquilidad”, explica cuando tomó la decisión.
Afortunadamente fue encontrado por su familia, quienes inmediatamente lo trasladaron al hospital. Al despertar, sintió mucha rabia, ya que le habían quitado ese momento de paz donde por fin había dejado de sufrir.
“Lo único que te voy a asegurar es que en cuanto salga de aquí lo único que voy a hacer es intentarlo hasta que me resulte”, le dijo furioso a la enfermera que tenía al lado cuando despertó y que le preguntó, sin mucho tino, si es que iba a intentar de nuevo terminar con su vida. Su reacción hizo que lo internaran en un hospital psiquiátrico, sin embargo, su idea suicida seguía en su mente. Eso hasta que se cruzó con Paulina del Río.
“Al final lo que Paulina hizo fue estar. Eso me llamaba cada vez más la atención. Estar al lado de una persona que me escuchaba y me hacía sentir entendido y que no me daba ningún juicio. Me contó su historia, me contó de su hijo, me contó de ella”, recuerda Francisco.
Suicidio en la tercera edad
El estudio “Las Personas Mayores en Chile: Resultados Preliminares de la Aplicación del Protocolo Armonizado de Evaluación Cognitiva”, publicado en 2020 por la Subsecretaría de Previsión Social en conjunto con el Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, arrojó que el 39,8% de las personas mayores de 60 años presenta depresión.
Según el Ministerio de Salud, el grupo etario que presentó la tasa de suicidio más altas por 100.000 habitantes es el de 80 años o más, en gran medida por el aumento en la tasa de los hombres desde los 70 años. En tanto en las mujeres, las tasas observadas más altas se encontraron distribuidas de forma pareja entre los 35 a 59 años.
“El trastorno depresivo es el más frecuente entre las personas mayores, pero eso no es un factor único que lleva a una persona al suicidio y no quiere decir que todas las personas que tienen depresión se van a suicidar”, dice Ana Paula Vieira, directora de la Fundación Míranos, organización que trabaja en la promoción de la salud mental y la prevención del suicidio en personas mayores.
Para Vieira, hay una necesidad de derribar algunos mitos en relación con la vejez como, por ejemplo, la creencia de que las personas llegadas a cierta edad no son autovalentes. “Eso no es verdad. 85% de las personas mayores son autónomas”, afirma la especialista en gerontología, el estudio de la salud, psicología e integración social y económica de las personas que se encuentran en la vejez.
“Esto que llamo edadismo o viejismo, es la forma de pensar en base a estereotipos. La forma de sentir son los prejuicios y la forma de actuar es la discriminación respecto a los demás o a nosotros mismos en relación con nuestra edad”, dice para explicar cómo la estructura social y sus prejuicios perjudican la calidad de vida de las personas mayores e incluso su propia percepción.
Vieira también se refiere a la tendencia de infantilizar a las personas mayores. En una sociedad centrada en la productividad y el exitismo, donde al ciudadano se le ve sólo como fuerza laboral desechable, la tercera edad pareciera ser una etapa a la que nadie quiere llegar, donde se activan los prejuicios y la percepción de que se es una carga para la comunidad.
“En gerontología lo llamamos profecía autocumplida. Eso afecta mi autoimagen, mi autoestima, porque me convence que por mi edad ya no estoy apto para realizar cosas en nuestra sociedad, entonces eso me lleva como persona mayor a una pérdida de autonomía, a un aislamiento social, el cual es un factor de riesgo muy importante.
Problemas de salud que incluso afecta a mi salud física y mental, que puede disminuir la expectativa de vida y puede llevar a una muerte anticipada”, explica.
Para Vieira faltan políticas públicas que garanticen el bienestar integral de las personas mayores, el que tiene relación con acceso a servicios de salud, un fortalecimiento de los programas de salud mental, que actualmente está al debe para este rango etario de la sociedad.
“El Programa Nacional de Prevención del Suicidio del Ministerio de Salud habla que las personas mayores tienen una tasa alta de suicidio, pero no tiene acciones preventivas específicas”, apunta.
Vieira explica que hay un maltrato estructural, donde la sociedad impone una carga sobre los hombres mayores, donde su rol de “macho proveedor” lo perjudica al entrar a la vejez, lo que explicaría en parte por qué los hombres se suicidan más que las mujeres.
“La jubilación tiene una carga potente, en cuanto al valor simbólico. Hay cambios de esa persona mayor, de ese hombre mayor en diversas aristas de su vida cotidiana, la organización de su rutina diaria. La ruptura de las relaciones sociales, donde ese hombre mayor construyó su entorno en el trabajo, pero cuando pierde este entorno, hay una pérdida de identidad personal”, explica Vieira.
Preocupación por las tasas de suicidio post pandemia
El modelo de riesgo de suicidio, del psicólogo y académico estadounidense, Thomas Joiner, propone que hay diversas dimensiones en el comportamiento suicida como es el sentimiento de pertenencia frustrada, es decir, de no pertenecer a un grupo social, institución o comunidad. La otra dimensión es la carga percibida, que es cuando la persona tiene la impresión de que no está aportando a la sociedad y, por el contrario, se percibe como una carga para el resto de su comunidad, por lo que piensa que el mundo estaría mejor sin su presencia.
Producto del confinamiento prolongado durante la pandemia, muchos niños y adolescentes no tuvieron la oportunidad de socializar con sus compañeros en la escuela, lo que impidió que desarrollaran sus habilidades blandas y de vincularse con sus pares.
“En el caso de los adolescentes, hemos visto que una dimensión muy relevante de este modelo tiene que ver con la desconexión. Están en un momento del desarrollo, del ciclo de vida, donde están en un proceso de consolidación de su propia identidad, de su imagen de sí. Eso ocurre en un proceso de identificación con otros, con otras. La identidad es el resultado de múltiples procesos de identificación. Eso lo necesitas hacer con otros. Por eso la pandemia fue tan nociva, particularmente para el grupo de adolescentes y jóvenes que necesitan ese contacto”, explica Álvaro Jiménez.
El estudio “Suicidio y cuarentena durante la pandemia del Covid-19 ¿Sabemos todo?”, de los autores Fabian Duarte y Álvaro Jiménez, y publicado en la revista Social Science & Medicine, arrojó una disminución en tasas de suicidio y las hospitalizaciones por intento de suicidio, bajando de 18% a 5,8%. Sin embargo, no pudo concluir si esta diferencia en el número de suicidios y hospitalizaciones fue producto directo de la emergencia sanitaria.
Si bien durante el confinamiento hubo una disminución de las tasas de suicidio, superada la pandemia las cifras han vuelto a subir a niveles previos al 2020, por lo que, aunque nadie quiere sacar conclusiones apresuradas, los expertos miran con atención esta curva en ascenso por la posibilidad de que siga la tendencia y superen a las tasas registradas antes de la emergencia sanitaria del coronavirus.
Prevención y acompañamiento ante conductas suicidas
“No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio”. Así comienza El mito de Sísifo de Albert Camus, donde el novelista y filósofo francés intenta responder si la vida vale la pena ser vivida, sabiendo que todos inevitablemente caminan hacia la muerte.
En el ensayo, Camus toma el personaje de Sísifo como metáfora de la rutina sin sentido y el esfuerzo inútil del ser humano, ejemplificado en el castigo que le fue impuesto por los dioses y que consistía en empujar una enorme roca colina arriba, la cual siempre rodaba hacia abajo, obligándolo a comenzar el trabajo una y otra vez. Algo similar a la rutina diaria que todo ser humano tiene durante su existencia.
Camus encontró que Sísifo no realizaba la tarea como si se tratara de un castigo, a pesar de que ese era el objetivo de los dioses, sino que supo hacer suya la tarea aceptando las circunstancias, lo que le permitió finalmente liberarse al tomar consciencia de lo absurdo de la tarea impuesta. “Lo que cuenta no es vivir lo mejor posible, sino vivir lo más posible”, dice Camus, reconociendo las consecuencias de lo absurdo que son rebeldía, libertad y pasión. “Uno debe imaginar a Sísifo feliz", concluye el filósofo francés.
Ochenta años después de la publicación del ensayo del filósofo francés, Francisco ya no piensa en acabar con su vida. Más allá del sufrimiento y el sinsentido que por años inundó sus pensamientos y su sentir, hoy reflexiona sobre cómo mira su vida y cómo el dolor dio paso a la paz, lo que le ha permitido percibir su existencia desde otro punto de vista. “Si bien hay muchos momentos difíciles, tu primera solución ya no es dejar de existir, porque no estás viviendo por otros, sino que tú lograste un poco de felicidad y paz y no encontraste esa paz que te iba a dar morirte, sino que encontraste una paz quedándote”.
NOTA: Si tú, un familiar o un ser querido tiene conductas o pensamientos suicidas, no dudes en pedir ayuda profesional. A continuación, dejamos links de contacto de personas y profesionales que pueden ayudarte.
– *4141, disponible de lunes a domingo, las 24 horas del día.
– Fundación José Ignacio: contacto@fundacionjoseignacio.org o conéctate al chat todos los lunes de 19:00 a 22:00
– Fundación Míranos: contacto@fundacionmiranos.org
FUENTE: El Desconcierto
En su ceremonia de aniversario, el Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay) presentó sus resultados y sus logros científicos en estos cinco años de funcionamiento. La actividad permitió hacer un recorrido sobre su trabajo de investigación, el cual ha contribuido no tan solo a la generación de conocimiento basado en evidencia, sino también a la formación de jóvenes investigadores, al fortalecimiento de alianzas con instituciones públicas y privadas, y a la difusión de su quehacer a la sociedad en general.
Doctor Álvaro Langer, director alterno del Núcleo Milenio Imhay.
Frente a autoridades académicas y científicas, representantes de organizaciones de la sociedad civil, de centros asistenciales, profesionales de la salud, educación y jóvenes, el Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay) conmemoró sus primeros cinco años de funcionamiento, periodo en el cual sus integrantes han aportado con evidencia científica a un mejor conocimiento local sobre la salud mental de las juventudes y a la generación de políticas públicas destinadas a este grupo de la población.
El Núcleo Milenio Imhay se encuentra actualmente en su segunda etapa de funcionamiento, luego de que un panel de expertos internacionales decidiera su continuidad, en el año 2021, en reconocimiento a su destacado e innovador trabajo multidisciplinario. Así lo señaló el doctor Álvaro Langer, director alterno de este centro de investigación, quien relevó que en sus años de existencia Imhay ha contribuido a visibilizar la importancia de la salud mental de adolescentes y jóvenes en el país, a identificar aquellos problemas que ellos y ellas deben enfrentar en esta materia y a promover la opinión de los propios jóvenes en sus labores de investigación.
Doctor Mauricio Maldonado, jefe del Departamento Milenio e Iniciativas Científicas de Frontera de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).
En sus cinco años de funcionamiento, el Núcleo Milenio Imhay ha destacado por su continuo trabajo interinstitucional, ya que en él convergen investigadores e investigadoras de cuatro planteles de educación superior: la Universidad de Chile, Universidad Austral de Chile, Universidad de Talca y Universidad de los Andes. Esta colaboración fue celebrada por la máxima autoridad de la Casa de Bello, la Rectora Rosa Devés. “Hoy día el encuentro y la cooperación son apuestas políticas y es difícil hacerlo en un ambiente donde es más fácil separarse y dividirse. Por ello, quiero felicitar profundamente eso y la sencillez con que lo abordan”, señaló la autoridad universitaria.
Por otra parte, destacó el rol preponderante que ha adquirido el cuidado del bienestar al interior de las instituciones de educación superior. “El tema de la salud mental ha impactado todas las tareas universitarias. Hemos tomado conciencia de aquello en el sentido de tener un mayor compromiso, el que estamos tomando con una pedagogía que algunos llaman ‘pedagogía del cuidado’ y que se relaciona con formar y educar poniendo al cuidado en el centro”, planteó la Rectora Devés.
Juan Pablo Duhalde, director nacional del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV).
El trabajo desplegado por el Imhay también fue destacado por el doctor Mauricio Maldonado, jefe del Departamento Milenio e Iniciativas Científicas de Frontera de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). “El Núcleo Milenio Imhay ha demostrado, sin duda, un gran compromiso en la búsqueda de evidencia, de soluciones innovadoras que permitan aumentar la calidad de vida de nuestros adolescentes y jóvenes, como -asimismo- en su productividad científica, en las valiosas tareas de comunicación y de divulgación científica, el trabajo colaborativo y también multidisciplinario para desarrollar sus diferentes líneas de investigación”.
Por su parte, Juan Pablo Duhalde, director nacional del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), organismo público encargado de colaborar con el poder ejecutivo en el diseño, planificación y coordinación de políticas sobre temáticas juveniles, resaltó la amplia y diversa colaboración que esta institución ha establecido con el Núcleo Milenio Imhay. “Desde el INJUV compartimos la alegría de ser parte de este hito y le agradecemos a Vania Martínez por todo su apoyo y colaboración durante todos estos años. Nosotros tenemos un programa específico de salud mental, que tiene una arista individual, que es un chat de atención psicosocial asistido por psicólogos, el cual brinda un espacio de confianza y ha reunido a una gran mesa intersectorial detrás, y en donde Imhay tiene una silla muy importante, porque nos han permitido comprender y entender las temáticas, pero también entender cómo llegar de forma ágil a la población juvenil”.
César Quiroz, estudiante de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, quien además integra el grupo de ayuda universitaria “Manitos de Confianza”.
En representación de la juventud asistió César Quiroz, estudiante de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, quien además integra el grupo de ayuda universitaria “Manitos de Confianza”, iniciativa estudiantil creada con el objetivo de acompañar a aquellos alumnos que necesitan apoyo emocional. El estudiante valoró el vínculo colaborativo logrado entre ambas organizaciones. “Es fundamental resaltar la riqueza que surge cuando dos entidades tan diversas como un núcleo de investigación y una organización estudiantil se unen en un propósito común. Los estudiantes, con nuestra vitalidad y compromiso, somos agentes de cambio extraordinarios. Nuestra capacidad para difundir información, desterrar mitos y promover la conciencia sobre la salud mental, junto con la habilidad del Núcleo para explorar nuevas fronteras en la comprensión de la salud mental y generar nuevos conocimientos, son fundamentales para avanzar hacia una sociedad mejor y más saludable”, expresó.
Inteligencia artificial y salud mental
En la instancia, la directora del Núcleo Milenio Imhay y académica de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, Dra. Vania Martínez, ofreció la conferencia “Inteligencia artificial: Aportes y desafíos para la salud mental de adolescentes y jóvenes”.
Hoy nos enfrentamos al boom de la inteligencia artificial, tecnología que en los últimos años se ha ido incorporando al desarrollo de diversas disciplinas, y también ha penetrado en el área de la salud mental. Si bien esta tecnología puede ofrecer avances prometedores para mejorar la detección, el tratamiento y el apoyo psicológico, su uso e implementación también plantea preocupaciones, tanto técnicas como éticas, por ejemplo, en cuanto a sus garantías en efectividad, seguridad y confidencialidad.
Sobre este tema se refirió la directora del Núcleo Milenio Imhay y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Dra. Vania Martínez, en su conferencia “Inteligencia artificial: Aportes y desafíos para la salud mental de adolescentes y jóvenes”, donde abordó algunas de las oportunidades que ofrece esta tecnología en el campo de la salud mental, tales como: permitir la detección temprana de problemas psicológicos, facilitar el acceso a una atención oportuna, conseguir un apoyo personalizado para los pacientes y un monitoreo continuo de sus síntomas.
Por otra parte, entre los desafíos que aún deben sortearse en la aplicación de la inteligencia artificial en salud mental, la Dra. Martínez mencionó la existencia de posibles problemas de privacidad y seguridad de datos de los usuarios, la falta de empatía y comprensión humana, la potencial reducción de puestos de trabajo y la dependencia tecnológica, entre otros. “La inteligencia artificial podría ser de gran ayuda para la salud mental de adolescentes y jóvenes, sin embargo, es importante tener en mente los desafíos y riesgo que esta tiene”, señaló al finalizar su intervención.
La ceremonia de conmemoración de los cinco años del Núcleo Milenio Imhay finalizó con la presentación musical del grupo del taller de jazz compuesto por estudiantes del Instituto Nacional y dirigido por el profesor Fabián Fadic.
Fotos: Felipe Poga, prensa U. de Chile.
Pese a que la doctora Sonia Anticevic lo recomienda, asegura que es importante saber previamente cómo se comporta nuestro perro o gato y si son o no propensos al estrés. Por otro lado, la psiquiatra Vania Martínez detalla que en muchos casos la compañía de las mascotas es una “ayuda como regulador frente a situaciones de ansiedad o de angustia para algunas personas”.
La psiquiatra Vania Martínez asegura que muchos casos las mascotas son una “ayuda como regulador frente a situaciones de ansiedad o de angustia para algunas personas”.
El verano para muchos es sinónimo de vacaciones y con eso, de viajes. Ya sean cortos o largos, dentro o fuera del país, cuando se tiene mascotas siempre es un ítem a analizar: se queda en casa y alguien los cuida, los dejamos en algún lugar o los llevamos de paseo junto a la familia.
La doctora Sonia Anticevic, académica de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (Favet) de la Universidad de Chile, recomienda salir de paseo con nuestras mascotas, pero antes de esto, detalla que es importante “pensar qué tipo de mascota es, en cuanto a si es altamente estresable». Ante esto, es importante que si la persona responsable se da cuenta de esto, «que cuando la saca a viajar vocaliza mucho, se defeca, se orina, etc., creo que no es bueno intentarlo», pues, enfatiza, «ahí prima todo lo que tiene que ver con el bienestar del animal”.
Por el contrario, «si están frente a una mascota que es todo lo contrario, que es relajada, que no tiene problemas, no se defeca, no es ansiosa, etc., no habría ningún problema en que viajen con ella con todos sus accesorios, con la jaulita en bus o avión o con él en auto”, detalla la especialista en Clínica de Animales Pequeños, Sonia Anticevic.
La académica de Favet recomienda, en caso de ser un viaje largo, parar para dormir y pasar la noche en un recinto cerrado, donde la mascota pueda relajarse un rato. Agrega que no es recomendado hacer un viaje largo sin detenciones y de ser necesario, hacer varios viajes cortos para monitorear cómo se comporta.
“En el fondo, uno se da cuenta inmediatamente cómo la mascota va a reaccionar en el minuto en que la subes a un vehículo o el metro o la micro, ahí uno puede darse cuenta de esto perfecto”, asegura, añadiendo que “no es recomendable dar gotitas de estas que son sedantes, eso está contraindicado y puede tener efectos adversos. Hoy en el mercado existen harta medicación natural, aceites esenciales como la lavanda o algunos bombones que traen productos naturales que efectivamente tranquilizan bastante, tanto a los perros como a los gatos”.
Mascotas de apoyo emocional
La directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay) Vania Martínez, señala que en muchos casos la compañía de las mascotas es una “ayuda como regulador frente a situaciones de ansiedad o de angustia para algunas personas”.
La profesional cuenta que a ella misma le ha tocado entregar certificados para validar que el perro o el gato es más que un simple animal y en estos casos, relata la médica, no se trata de “adquirir” una mascota para algún tipo de terapia de salud mental, sino que “les consulto qué haces cuando estás con angustia y me responden que les sirve estar con mi gatito o mi perro o salir a pasear, etc., entonces es parte de lo que acompaña”.
La psiquiatra agrega que también existe el escenario en que “para las familias la mascota pasa a ser un integrante más y salir de vacaciones también se convierte en un problema, ‘¿con quién lo voy a dejar’?”. En estos casos, la doctora Martínez indica que la sociedad ha cambiado y que muchos de los lugares donde ahora uno va de vacaciones se han convertido en pet friendly para adaptarse a esta nueva forma de ver el núcleo familiar.
“Hay muchas familias, jóvenes, que están optando por tener mascotas en vez de hijos, así que es algo que probablemente se va a ir viendo cada vez más el tener esa preocupación hacia la mascota como parte del grupo familiar”, añade.
Fuente: Prensa Uchile.
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Profesor Alberto Zañartu n°1030
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Núcleo para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes.
Imhay 2025