En la actividad se presentarán experiencias de investigación nacionales e internacionales sobre salud mental de jóvenes universitarios. Además, se abordarán algunos principios que permiten orientar a las instituciones de educación superior en la generación programas de soporte y asesoramiento accesible para los/las estudiantes que experimentan dificultades de salud mental.
A nivel internacional se estima que aproximadamente un tercio de los estudiantes universitarios presenta algún tipo de problema de salud mental, en su mayoría relacionados con síntomas ansiosos y depresivos. Estos problemas están asociados a una importante carga de enfermedad, un menor rendimiento académico y mayor deserción de las carreras.
Durante el seminario, el profesor Pim Cuijpers (Holanda) presentará una iniciativa liderada por la Organización Mundial de la Salud y describirá el uso de intervenciones basadas en tecnologías digitales (e-mental health) para desarrollar modelos de atención más accesibles, equitativos y costo-efectivos en contextos universitarios.
DATOS DEL SEMINARIO:
FECHA: Miércoles 08 de enero de 2020.
HORARIO: de 8:40 a 12:00 hrs.
LUGAR: Auditorio Julio Cabello, Fac. de Medicina, Universidad de Chile. Av. Independencia #1027 (metro estación Hospitales).
PROGRAMA: AQUÍ
CONSULTAS: contacto@imhay.org
INSCRIPCIONES: AQUÍ
En su última edición, la Revista Ya de El Mercurio dedica un extenso reportaje al trabajo realizado por los investigadores de nuestro Núcleo Milenio, quienes han detectado una mayor presencia de síntomas depresivos en las mujeres y un aumento del consumo de sustancias, llegando a superar el de los hombres. Los especialistas de Imhay entrevistados señalan que se prevé que la actual crisis social también pueda tener efectos en los jóvenes, que no serían inmediatos.
Link del reportaje: https://digital.elmercurio.com/2019/12/17/RVYA/QF3J3PRS#zoom=page-width
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En pleno debate sobre la posibilidad de derechos políticos para adolescentes en esta discusión, investigadores y académicos de la Universidad de Chile, entre ellos, la directora del Núcleo Milenio Imhay, advierten sobre la necesidad de que estos integrantes de la sociedad participen a través de distintos mecanismos.
La población adolescente asciende al 15% de la población.
Luego de la firma del llamado “Acuerdo por la Paz Social y una Nueva Constitución” y la conformación de su Comisión Técnica el pasado viernes 22 de noviembre uno de los puntos abiertos de debate es la posibilidad de participación de niños, niñas y adolescentes, en particular estos últimos, cuya movilización dio inicio al estallido social.
En total, la población adolescente (10-19 años) asciende a 2.716.838 de personas en Chile, lo que corresponde al 15,6 por ciento del total; de estos, el 52 por ciento corresponde a adolescentes de 15 a 19 años. Para el coordinador Programa de Estudios Interdisciplinarios en Infancias de la Facultad de Ciencias Sociales, Camilo Morales, “es muy interesante cómo esta crisis nos muestran a la infancia y adolescencia como actores y agentes de cambio social, lo cual dista mucho de discursos hegemónicos donde niños y jóvenes aparecen solo como sujetos de protección, en el sentido de que su principal característica sería la vulnerabilidad y por lo tanto el rol del mundo adulto es contenerlos, protegerlos y mantenerlos al margen”.
Estudios demuestran que la formación ciudadana de los jóvenes no aborda aspectos institucionales
Así, para el psicólogo clínico e integrante del Consejo Consultivo de la Defensoría de la Niñez, “el momento constituyente es una oportunidad en que se abren varios caminos. Uno es la posibilidad de que niños, niñas y adolescentes sean reconocidos en la constitución. Si bien hoy tenemos la convención de derechos del niño, esta no tiene rango constitucional, y dada la historia de vulneraciones sistemáticas de derechos a los niños, niñas y adolescentes y la falta de garantías y sistema de protección es un gesto simbólico potente que se les reconozca en una nueva acta constitucional, reflejando un nuevo acuerdo entre la niñez y el estado”.
En la misma dirección, la directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay) y académica del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral de la Adolescencia (Cemera) de la Facultad de Medicina, Vania Martínez, coincide en que se debe observar el momento constituyente como una oportunidad.
“Los veo en una actitud de participación clara. La desafección fue una actitud de tiempos anteriores y a partir de esta crisis se ha observado un cambio, porque han sido una punta de lanza del estallido social”. Así, indica que, por ejemplo, en el Imhay se han planteado desde un inicio una forma de intervención participativa porque “nosotros tenemos propuestas de lo que creemos necesitan los jóvenes en términos de su salud mental, pero necesitamos saber si esas les parecen pertinentes y responden a sus necesidades. Lo que no puede ocurrir es que queden fuera del debate y se profundice esta sensación de frustración, que por lo demás no es solo de los jóvenes, sino que los investigadores también la sentimos”.
Al menos tres de las propuestas de partidos políticos para el plebiscito de entrada y elección de constituyentes mencionan la inclusión de las y los adolescentes con plenos derechos políticos. Sin embargo, independiente de esto, académicos y académicas de la Universidad de Chile advierten sobre los aspectos a tener en cuenta para una participación juvenil efectiva y los riesgos de no lograrlo.
Desde el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE), Liliana Morawietz señala que “los estudios muestran que los conocimientos ciudadanos de los jóvenes se adquieren gracias a la organización, desde los scouts hasta las colectivas feministas. Donde se ven ausencias es en el ámbito institucional, en ese lado tienen debilidades”. Como advirtió la especialista, «si los excluimos no estamos colaborando a que aumente su valoración de la democracia a largo plazo”.
Para Óscar Aguilera, director del Departamento de Estudios Pedagógicos (DEP) de la Facultad de Filosofía y Humanidades, “existen suficientes herramientas y estrategias que pueden facilitar la participación de los jóvenes para que no sea solo conversación, porque recordemos que vienen de muchos procesos en que los han invitado a conversar sin resultados, por lo que la conversación en sí misma ha perdido sentido”.
El investigador señala que a nivel concreto se debiera “asegurar jurídicamente la posibilidad de que jóvenes puedan efectivamente participar no solo en la discusión sino en la toma de decisiones sobre el futuro social, y ahí pienso directamente en la necesidad de reconocer la ciudadanía y por lo tanto el derecho al voto desde los 14 años. De cualquier otra forma lo que vas a tener un ejercicio discursivo, retórico pero que no ata compromisos con los jóvenes. Invitarlos solo a conversar sin poder decidir es una de las cuestiones a la base del estallido social y es una advertencia que venimos haciendo hace rato”.
Enlazar el proceso constituyente con la cotidianeidad de los centros educativos es, para Aguilera, un objetivo importante. «¿Dónde están las y los jóvenes? Mayoritariamente en los espacios educativos. Por lo tanto no se debiera escindir la discusión constituyente del rol que tienen las y los jóvenes en sus espacios educativos. A quienes investigamos temas vinculados a jóvenes, escuela y ciudadanía nos parece que debiéramos ver esto como una oportunidad de redefinir los vínculos del sistema educativo con los jóvenes”.
Así, en su perspectiva, se podría aprovechar el camino ya recorrido con instrumentos como la Ley de Formación Ciudadana. “Si la escuela ya está mandatada para esta formación ciudadana, debieran ser un territorio base para trabajar con la experiencia acumulada. Pero insisto: no puede ser solo una invitación a conversar sino a ser protagonistas efectivos de la ruta constitucional discutiendo y siendo elegidos representantes”, advierte el director del DEP.
En la oportunidad expusieron expertos internacionales que se refirieron a diversos temas orientados a una sociedad más humana e igualitaria.
El Foro propició un intercambio de ideas sobre cómo la psicología aplicada puede contribuir al bien común.
“Pasos hacia una sociedad más humana e igualitaria, ¿qué liderazgo necesitamos?” Así se denominó el foro interdisciplinario que se realizó en la Universidad Austral de Chile. La iniciativa, que fue organizada por el Instituto de Estudios Psicológicos y patrocinada por nuestro Núcleo Milenio, contempló varias charlas que abordaron diversos ámbitos relacionados con los tipos de liderazgo que se presentan en la actualidad.
El Director del Instituto de Estudios Psicológicos y Director Alterno de Imhay, Dr. Álvaro Langer, destacó que “el objetivo fue poder encontrarnos para conversar sobre un concepto tan relevante hoy día como es el liderazgo y qué tipo de liderazgo necesitamos para construir una sociedad más igualitaria, justa y más humana”.
Durante el foro, dijo, hubo “distintos expositores desde distintos lugares teóricos y disciplinas para ir respondiendo un poco esta pregunta. Más que tratar de llegar a una respuesta definitiva o totalmente clara la idea fue escuchar distintas concepciones”.
Sobre los expositores, comentó que participaron un grupo de académicos que ha venido trabajando hace más de un año. Algunos de ellos forman parte de un libro editado recientemente junto con el académico Christoph Steinebach de Suiza, por lo que el foro era también el reflejo de esta colaboración internacional.
Consultado sobre las conclusiones de esta actividad, el Dr. Langer indicó que “es relevante en un nivel más individual, o más micro si se quiere, el desarrollo de ciertas cualidades, de ciertas actitudes que tienen que ver con la empatía, con la compasión. Pero esto debe ser sí o sí vinculado en una relación con otros y que desde esta relación con los otros se puede construir un nuevo tejido o red social que nos permita salir de una postura más individual hacia una más colectiva desde un trabajo individual pero hecho colectivamente, de autoconocimiento”. Añadió que “se requiere una mirada interdisciplinaria para problemas complejos como los que actualmente estamos viviendo”.
Mirada desde Chile: el ejemplo del liderazgo mapuche
Uno de los expositores fue el Presidente del Centro de Estudiantes de Psicología UACh (Valdivia), Lucas Espinoza, quien se refirió a “la falta de liderazgo en el movimiento social actual y cómo esta movilización sigue hasta hoy en día sin un líder claro. Sin embargo, generan sus propias instancias de organización interna para la propia movilización”.
Mencionó en su ponencia el liderazgo mapuche: “Lo quise exponer porque como expositor era el único chileno y me parecía que traer una experiencia de liderazgo local, territorial que no viniese de todo este saber europeo… En el liderazgo mapuche la principal figura es el lonco, quien es un líder que representa a una comunidad y es parte de una comunidad, es electo por la edad que representa su sabiduría y también es reconocido en su propia familia. Es ahí donde de una u otra forma lidera, en un sector cercano a la comunidad y cercano a la tierra donde él vive”.
En relación a lo que él cree que viene para el movimiento social, el dirigente manifestó que le gustaría que “la gente siga participando, saliendo a las diversas actividades que hay, no solamente marchas; hay juntas vecinales, cabildos, instancias de autoformación, inclusive actividades culturales donde la gente se puede encontrar para conocerse, salir de los hogares. A lo mejor el sueño más utópico es el cambio de la dinámica cultural y social donde todos y todas somos parte, que idealmente el día de mañana no seamos solo estudiantes sino que seamos vecinos y vecinas de la ciudad de Valdivia o de otros espacios, que nos organicemos y que vivamos en comunidad”.
Fuente: José Luis Gómez (RR.PP.) y Carolina González (Facultad De Medicina UACh)
Fotografia: Héctor Andrade, Relaciones Públicas UACh.
El acuerdo comprende el desarrollo de un protocolo de trabajo para la puesta en marcha del COSAM de la Familia -proyecto elegido por los propios vecinos a través de una consulta ciudadana- con el propósito de favorecer la salud mental de niños, niñas y adolescentes de la comuna.
El acuerdo firmado busca generar y fortalecer espacios de colaboración e intercambio académico, científico y técnico entre ambas instituciones.
En el marco del inicio del funcionamiento del nuevo Centro de Salud Mental (COSAM) de la Familia, que enfocará su atención en niños, niñas y adolescentes y sus familias, el alcalde la comuna de Renca, Claudio Castro y la directora del Núcleo Milenio Imhay, Dra. Vania Martínez, firmaron un convenio de colaboración donde nuestro centro de investigación capacitará al equipo de profesionales y asesorará en la elaboración del modelo de atención que se implementará en este centro de salud.
La firma del convenio se realizó en el futuro edificio del nuevo COSAM, que está en su etapa final de construcción, y que comenzará a operar en los próximos meses. Fue en este recinto donde las autoridades sellaron este acuerdo que busca generar y fortalecer espacios de colaboración e intercambio académico, científico y técnico entre ambas instituciones.
Sobre este relevante acuerdo, la directora de Imhay y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Dra. Vania Martínez, señaló que “unos de los principales problemas que hemos constatado es la dificultad que tienen los y las adolescentes para acceder a atenciones de salud mental y que éstas sean bien aceptadas por ellos y ellas. De manera que, la firma de este convenio abre una oportunidad para la prevención e intervención pertinente y oportuna de problemas de salud mental”.
Por su parte, el edil de Renca comentó que “aquí es precisamente donde está empezando a tomar forma este centro de salud para la familia que nos va a permitir atender a niños, niñas y adolescentes que son derivados de los colegios, desde los centros de salud primarios y también desde los COSAM de la comuna con el objetivo de prevenir, poder trabajar en promoción y trabajar a través de actividades comunitarias”.
Entre otros aspectos, el convenio también contempla, por parte de Imhay, asesorar técnicamente en materias de salud mental en adolescentes y jóvenes para la construcción de planes y programas; difundir y discutir con el equipo local los resultados de investigaciones que Imhay lleve a cabo en la comuna y participar de actividades de capacitación organizadas por la Dirección de Salud de la Corporación Municipal de Renca.
“Estamos muy contentos con esta alianza con la Municipalidad de Renca, y sobre todo, que la misma comunidad haya elegido la construcción de este centro. Es un desafío que vamos a asumir con mucha responsabilidad y nuestra idea es generar una colaboración que nos permita nutrirnos en conjunto y poder aportar a la comuna desde la investigación y la evidencia. Si esta comuna lo hace bien, será posible ampliar su alcance y quizás, otras comunas se interesen en aplicarlo”, comentó la directora de Imhay.
Nuevo centro elegido por la comunidad
La implementación del nuevo COSAM tuvo su origen en una consulta ciudadana convocada por la Municipalidad y en la que participaron más de 12 mil vecinos de la comuna quienes tuvieron la oportunidad de elegir 3 de los 9 proyectos dispuestos en el marco de los Presupuestos Participativos 2018. Con 5.108 votos, los vecinos decidieron finalmente la construcción del nuevo Centro de Salud Mental de la Familia.
El proceso otorgó las primeras tres mayorías a: Bus Eléctrico para adultos mayores (6.321 votos), Hermoseamiento del Parque Las Palmeras (5.478) y el Centro de Salud Mental (COSAM) de la familia (5.108 votos).
«Al interior de nuestras consultas, día a día, nuestros pacientes comparten no sólo su propia intimidad, sino que también su experiencia con su entorno más cercano y su visión de la sociedad», comenta la directora de Imhay y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Dra. Vania Martínez, en la sección Tendencias del diario La Tercera.
Ineludiblemente el estallido social que está viviendo Chile nos impacta y ya se ha reflejado en nuestro quehacer como profesionales de la salud mental. Al interior de nuestras consultas, día a día, nuestros pacientes comparten no sólo su propia intimidad, sino que también su experiencia con su entorno más cercano y su visión de la sociedad. De manera que sus puntos de vista respecto a la situación actual de Chile y las consecuencias que está teniendo en ellos surgen de manera espontánea, muy frecuentemente, al inicio de cada sesión.
Es así como vamos conociendo muy de cerca sus distintas perspectivas, vivencias y formas de lidiar con los desafíos y conflictos a los que se están viendo enfrentados. Constatamos que varios de aquellos jóvenes que se encontraban estables con su tratamiento, hoy presentan más síntomas y mayor dificultad para regular sus emociones, muchas veces sobrerreaccionando ante diversos estímulos. También sus padres se muestran afectados de distintas maneras, muchos de ellos reviviendo momentos del pasado o con incertidumbre sobre lo que sucederá en el país.
Jóvenes de distintos estratos sociales manifiestan rabia por la injusticia social, rabia por la desconexión con la realidad de los sectores más acomodados, rabia con las instituciones, rabia con la represión policial, etc. También muchos jóvenes están ansiosos, no se han podido concentrar en estudiar para sus exámenes o la PSU ni para hacer trabajos. Otros están tristes porque están en su último año de colegio y no han podido compartir las actividades de despedida que habían planificado con sus compañeros.
Catalina (16 años), en tratamiento por depresión, me dice que la crisis la ha afectado porque sus compañeros saben que sus padres “son de derecha” y la han comenzado a agredir por redes sociales. Tiene miedo a volver a clases y experimentar el rechazo de sus compañeros. Tiene rabia con uno en particular al que le quiere pegar para que deje de molestarla. Por otra parte, ella y sus hermanos no comparten las ideas políticas de sus padres y se han producido grandes discusiones entre ambas generaciones. Sus padres están con síntomas de angustia, les ha costado cumplir con su trabajo y no quieren que su hija “se meta en problemas”. Le dicen que simplemente ignore los comentarios de sus compañeros y que se preocupe sólo de sus estudios.
Ignacio (18 años) se encuentra en tratamiento por un trastorno de ansiedad. Está más irritable, molesto y con rabia porque según él sus compañeros “viven en una burbuja” y no están conectados con lo que está pasando. Ha discutido con varios de ellos. Sus padres están con temor, ya que la situación les recuerda tiempos pasados. Han tenido conversaciones entre ambas generaciones que han permitido una mayor conexión.
Reconocer las emociones que estamos experimentando, compartirlas con otros y canalizarlas adecuadamente es muy necesario para cada uno de nosotros, incluidos los equipos de salud mental. El miedo nos ayuda a alejarnos del peligro y protegernos. La rabia nos ayuda a movilizarnos y tomar acciones para lograr cambios. En terapia trabajamos para que el miedo no paralice ni la rabia se transforme en agresión. Es lo mismo que esperamos para nuestra sociedad.
Lee el artículo original publicado en La Tercera: https://bit.ly/2D6SVaT
El Director Alterno Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), Álvaro Langer, realiza una reflexión sobre el estallido social que se generó en Chile, a partir de los cambios que requiere el sistema educativo en el desarrollo socioemocional. La columna fue publicada en el sitio web de difusión científica conciencia.cl
Frente a las movilizaciones iniciadas por los estudiantes y que dio origen a la actual crisis social que vive el país, se hace necesario hablar del sistema educativo que se ha fomentado en los últimos años y la autenticidad en los cambios requeridos.
En el informe de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI encargado por UNESCO “La Educación Encierra un Tesoro” se plantea que la educación debe contemplar 4 pilares fundamentales para el desarrollo de las personas: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos. Los dos primeros han sido tradicionalmente el corazón del sistema educativo, centrándose en la adquisición formal del conocimiento y su aplicación, desde la competencia, como la razón de ser del éxito escolar y la formación de las personas.
Sin embargo, aprender a ser y aprender a vivir juntos en comunidad han pasado prácticamente desapercibidos o se han configurado como un pequeño accesorio para potenciar el currículo académico. De esta manera, el desarrollo socioemocional basado en conceptos como la empatía, la compasión, la gratitud y la ética han quedado relegadosa un segundo e incluso a un tercer lugar en el plan educativo de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
Si en nuestra sociedad chilena hubiéramos crecido con un currículo enfocado en el saber vivir desde y para el respeto de mí mismo, de los otros y del medio ambiente, probablemente varios aspectos habrían sido distintos, porque no sería normal ni aceptada una desigualdad sin parangón como la actual. No sería coherente con el vivir la explotación de los otros, el maximizar las ganancias a cualquier costo bajo el lema “el mercado manda” y el desarrollo de la ilusión del éxito a través del individualismo radical. Así, desde los establecimientos educativos, reproductores de un modelo de sociedad, se le ha prestado mayor relevancia al saber calcular que al saber relacionarnos con los otros.
Desarrollar en los contextos educativos los pilares del crecimiento personal y del convivir implica cultivar relaciones empáticas donde, parafraseando al profesor Humberto Maturana, se valida al otro como legítimo, y donde el resonar y tener la convicción de querer aliviar el sufrimiento del otro (es decir, compasión) se transforma en uno de los valores más relevantes del modelo social. Es desde esta visión, que la relación conmigo mismo, con los otros y con el medio ambiente comienza a dejar de ser cosificada e instrumentalizada y permite un nuevo construir.
El cambio transformativo no es una “actividad extra-programática” que incorpora algunas horas “extras”. Es la actividad central donde la empatía funde el tejido social. El nuevo pacto social requiere tomar muy en serio el currículo socioemocional, y el espacio para cultivar la compasión de forma transversal a la sociedad. De hecho, son los adolescentes y jóvenes, a quienes se los ha tildado como desinteresados o apáticos, los que han liderado el cambio y han remecido las estructuras en busca de una salida a las incongruencias del sistema o la disconformidad por una injusticia que no se tolera.
Ellos han demostrado unidad, claridad y preocupación por los más vulnerados y vulnerables, y han comenzado a potenciar lo que el sistema consideró accesorio. La sociedad, catalizada por los adolescentes y jóvenes, ha exigido de forma trasversal la necesidad de cambio, produciendo de forma autónoma la generación de ideas y propuestas.
El gobierno y el mundo político deben escuchar cómo la sociedad ya comenzó a fortalecer, desde la autenticidad, los pilares socioemocionales que permiten un nuevo tejido social representativo que busca la paz. ¿Podrán mostrar empatía para modificar de forma sabia pero decidida lo que un cambio valórico debería reflejar?
Álvaro I. Langer
Psicólogo, PhD, Académico Universidad Austral de Chile y Director Alterno del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay)
En el noticiario Meganoticias, la directora de Imhay fue entrevistada respecto a cómo cuidar la salud mental de niños en un escenario de complejidad social como el que estamos viviendo en nuestro país las últimas semanas.
«Lo importante es estar atentos a contener a los niños y no exponerlos a peligros. Y si ellos están manifestando síntomas como no dormir bien, es importante que consulten con su pediatra y ver si requieren otro tipo de apoyo», indicó la también académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Revisa la entrevista en el siguiente link: https://www.mega.cl/noticias/nacional/281019-estallido-social-chile-manifestaciones-crisis-efectos-ninos.html
Nuevo Pacto de CNN es un espacio para abordar temas urgentes para dar soluciones a temas complejos de la socidad. En esta entrega, Paloma Ávila conversó con Álvaro Jiménez, psicólogo investigador de nuestro Núcleo Milenio Imhay, sobre la salud mental de los adolescentes y jóvenes chilenos.
Revisa la entrevista en el siguiente link:
https://www.cnnchile.com/lodijeronencnn/nuevo-pacto-alvaro-jimenez-entrevista-paloma-avila-salud-mental-jovenes_20191030/
En el programa Jóvenes Estrellas de TXS Radio, la directora de Imhay, Dra. Vania Martínez, conversó sobre el estado de la salud mental de jóvenes y cómo cuidar el bienestar emocional en tiempos de crisis.
«Los eventos traumáticos impactan en la salud mental en la medida de cuán grave sea ese evento y en qué período de la vida ocurre y la contención o reparación que pueda haber», señaló en el programa la directora de Imhay.
De acuerdo a la también académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, los jóvenes tienen problemas de salud mental y cada vez a edades más tempranas «en el caso de la depresión es habitual que estos cuadros comiencen a los 14 o 15 años», indicó.
Escucha el programa en el siguiente link: https://bit.ly/2pp3cMr
DIRECCIÓN
Profesor Alberto Zañartu n°1030
Independencia, Santiago de Chile
Núcleo para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes.
Imhay 2025