Tras las pistas escondidas en el lenguaje de personas que presentan Estados Mentales de Alto Riesgo

PorImhay

Tras las pistas escondidas en el lenguaje de personas que presentan Estados Mentales de Alto Riesgo

La Dra. Alicia Figueroa-Barra, experta en lingüística, lidera proyecto Fondecyt para analizar las interacciones comunicativas de pacientes y delinear qué características presentan antes de que se manifieste una enfermedad psiquiátrica.

Dra. Alicia Figueroa-Barra, directora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Sur de la Universidad de Chile e investigadora adjunta del Núcleo Milenio Imhay.


Independientemente del idioma que una persona hable, de su género o de su entorno cultural, el lenguaje está tan enlazado con su sistema cognitivo que cuando este último sufre alguna alteración, el otro también se afecta y muestra evidencias de aquel cambio. Estudiar, entonces, el proceso de una enfermedad mental desde este tipo de manifestaciones preclínicas puede aportar herramientas para un diagnóstico precoz y un trabajo preventivo.

Desde hace más de diez años, la lingüista Alicia Figueroa-Barra, directora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Sur de la Universidad de Chile e investigadora adjunta de Imhay, está dedicada a esta área. De hecho, obtuvo su Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad de Valladolid, España, con la tesis ‘Análisis pragmalingüístico de los marcadores de coherencia en el discurso de sujetos con esquizofrenia crónica y de primer episodio’.

“Por ahí va mi interés en esta intersección cognitiva”, explica la Dra. Figueroa. “Primero, en cómo pensamos o cómo procesamos el lenguaje a nivel mental y luego, un paso más allá, qué ocurre con esa forma de pensar el lenguaje cuando una enfermedad mental grave como la esquizofrenia irrumpe en el cerebro, en la mente y en la conducta humana”.

En su aproximación a la salud mental desde la lingüística aplicada, la científica ha participado en equipos interdisciplinarios como el Laboratorio de Psiquiatría Traslacional – PSIQUISLAB de la Universidad de Chile; y el grupo de estudio LEPSI-UChile (Lenguaje, Psicosis e Intersubjetividad), donde es coordinadora.

Su proyecto Fondecyt de Iniciación entre 2019 y 2022 abordó el ‘Análisis de marcadores lingüísticos de Esquizofrenia en población con Estados Mentales de Alto Riesgo de Psicosis’; y este año obtuvo nuevamente financiamiento Fondecyt para investigar “Signos precoces del trastorno formal del pensamiento: Mapeando la funcionalidad de las interacciones comunicativas en Estados Mentales de Alto Riesgo Clínico (EMAR)”. El objetivo es evaluar la presencia de síntomas en el Trastorno Formal del Pensamiento y en cualidades de alineamiento interaccional, con miras a poder predecir psicosis en etapas tempranas.

“Como ya sabemos lo que ocurre con las personas que tienen este padecimiento diagnosticado, ahora lo que nos interesa es ir a mirar cuáles de esas características ya empiezan a delinearse cuando todavía no se enferman”, puntualiza la investigadora.

Posibles señales precoces

Actualmente, la Dra. Figueroa-Barra lidera un proyecto Fondecyt que evaluará la presencia de síntomas en el Trastorno Formal del Pensamiento y en cualidades de alineamiento interaccional, con miras a poder predecir psicosis en etapas tempranas.

Una de las características de los pacientes que a esta investigadora le interesa estudiar es cómo desarrollan su lenguaje en un marco ecológico natural y de interacción con los demás.

“Generalmente, los sujetos que son muy jóvenes y que todavía no enferman, pero están cerca, son menos fluidos que las personas que ya tienen diagnóstico y que, a veces, se expresan muy rápido, sin siquiera respetar el turno de quien habla. Esto, porque en muchos casos, cuando la enfermedad avanza, hay una desinhibición y se pierde la capacidad para evaluar si el otro me importa o no. Eso es muy claro en este tipo de pacientes”, comenta.

Otras señales llamativas del lenguaje son la falta de coherencias referenciales o las pausas repentinas, sin esa cadencia descendente que es propia y natural de cuando alguien termina una frase o se detiene para respirar.

“Las que nosotros hemos descubierto se llaman pausas aberrantes y duran más de dos segundos. Pareciera que es muy poquito tiempo, pero si están instaladas en un lugar donde debería haber fonación, son una eternidad. Es decir, son claves muy sutiles y son anomalías que empiezan a ocurrir dentro del primer año de las manifestaciones psicóticas iniciales. Entonces, es un ámbito de harto interés, y yo creo que en la medida en que los profesionales clínicos también se entrenen en reconocer elementos del lenguaje, esto va a ser mucho más fluido también”, advierte la investigadora adjunta de Imhay.

Aplicaciones concretas

En este tipo de análisis del lenguaje, las herramientas de Inteligencia Artificial están siendo un gran aporte debido a su capacidad de recoger información, transcribir conversaciones grabadas y descubrir patrones.

“Si a eso tú le sumas algún tipo de medición prosódica, de la velocidad y una serie de cosas, ya tendrías una métrica casi en tiempo real, por ejemplo, en un paciente joven de quien tú tienes alguna sospecha que esté con algún problema de esta clase. Entonces, pensando en las aplicaciones basadas en la evidencia, se podría crear una APP de celular para que el tratante grabe y pueda realizar mediciones respecto al lenguaje empleado por el paciente. Claramente esto hay que contrastarlo con la labor clínica y ahí viene todo el trabajo que hacen los psiquiatras. Pero, sin duda, esto ayudaría mucho a acortar los tiempos de espera, de consulta y a precisar los diagnósticos”, comenta la investigadora.

 

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