Ingeniería en información y control de gestión desempeña un papel crucial en el diseño e implementación de intervenciones de salud que impacten positivamente en la sociedad a través del desarrollo de políticas públicas costo-efectivas.
Cuando Paola Tapia tenía 15 años sufrió una complicación médica importante que le hizo vivir experiencias únicas. Fue esta situación que la llevó a comprender, en primera persona, los complejos caminos que transitan las personas en sus procesos de tratamiento. “Esto me llevó a apreciar la importancia del cómo los equipos de salud trabajan en conjunto para lograr que el/la paciente se recupere, cómo influyen en los resultados de salud y cómo pequeñas prácticas en sus procesos se vuelven tan relevantes en la recuperación de una persona”, recuerda.
Tiempo después, ya como Ingeniera en Información y Control de Gestión, y Magíster en Control de Gestión de la Universidad de Chile, decidió profundizar su compromiso con la salud y aportar con sus conocimientos profesionales. Entre 2010 y 2019, realizó investigaciones y asesorías, ocupando cargos ejecutivos en áreas relacionadas con la gestión del desempeño y control de gestión en clínicas y hospitales, tanto públicos como privados.
“Durante este tiempo, desarrollé bastantes competencias en temas de control de gestión, así como en el uso de grandes volúmenes de datos para guiar a gerentes, particularmente a directores/as de salud y directivos, a tomar mejores decisiones estratégicas dadas las restricciones de recursos y presupuestos, y en respuesta a las demandas de salud que provocan las listas de espera y la carga asistencial de la población”, comenta.
Su interés profesional la condujo de vuelta a la investigación, la asesoría en salud para organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud y la academia. Fue así que regresó a la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile para retomar su carrera académica, impartir clases y guiar las prácticas en la carrera de Ingeniería en Información y Control de Gestión. Además, retomó la colaboración en investigación con la Dra. Alicia Núñez -quien es investigadora principal del Núcleo Milenio para mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes, Imhay-, así como con la Dra. Liliana Neriz, la Dra. Verónica Fuentes y el Dr. Francisco Ramis. Dada la experiencia previa de Paola en temas de salud, su incorporación al, Núcleo Milenio Imhay como investigadora joven fue un paso natural para fortalecer el trabajo que la Dra. Núñez ya hacía, evaluando las intervenciones y proyectos en salud mental del equipo de investigación.
“Quise ser parte del Núcleo Milenio Imhay porque, dentro de las prioridades de salud, la salud mental es un tema relevante ahora y en el futuro, como se evidenció durante la pandemia de COVID-19. Entonces, ¿cómo puedo aportar desde mi perspectiva profesional con el uso de herramientas de gestión al análisis en las investigaciones, políticas, programas e intervenciones en salud mental que se están implementando? Evaluándolas, analizando su desempeño y comprendiendo si los resultados están alineados a un objetivo de país sustentable en el tiempo, acorde a la Agenda de Salud 2030. Eso es lo que me une a Imhay”.
Hacer eficientes las iniciativas
Paola Tapia próximamente comenzará a cursar un doctorado en Estados Unidos, en Health Services Research, gracias a una beca Fulbright. Su objetivo es continuar potenciando su carrera académica y colaborar desde su perspectiva como ingeniera para estudiar y comprender los procesos y factores que influyen en la adopción exitosa y efectiva de políticas, programas e intervenciones de salud, con el propósito de mejorar su implementación y los resultados de estas herramientas.
“Uno de los temas de investigación en los que he trabajado es con el Costeo ABC, una metodología que ayuda mucho a identificar áreas de mejora y a optimizar los recursos para la toma de decisiones. Mi área de investigación involucra el desarrollo de información oportuna y confiable que contribuya a tomar decisiones que beneficien a las personas y que permitan la implementación de políticas públicas”.
Se trata, entonces, de contribuir con criterios técnicos y basados en la evidencia que faciliten la toma de decisiones costo-efectivas, especialmente vitales en el sector sanitario. Donde, por ejemplo, se realice prevención y promoción de salud con una mirada a largo plazo y evaluando su impacto en la población, aprendiendo de regiones que están logrando los resultados esperados y apoyando a otras que presentan mayores brechas.
Big Data, redes neuronales y escalabilidad
Los aportes de la inteligencia artificial y Big Data también forman parte de las técnicas de investigación utilizadas por la investigadora. A través de indicadores y distintas fuentes de datos, se recopila información acerca de cómo están funcionando los sistemas sanitarios mediante modelos de gestión del desempeño.
“En la gestión del desempeño, se evalúan tanto los resultados financieros como no financieros. Por ejemplo, en el ámbito no financiero se analiza la satisfacción de los/as pacientes, los tiempos de espera, el tiempo de ciclo de los procesos asistenciales, la producción hospitalaria, cobertura, calidad, tasa de utilización de los pabellones quirúrgicos, la tasa de consultas médicas por paciente, indicadores epidemiológicos, entre otros resultados claves de desempeño que van señalizando los avances de los establecimientos. Estos son algunos ejemplos de indicadores que se monitorean en salud para evaluar si la estrategia que se está utilizando es la correcta y se están generando los resultados deseados, tanto en el corto como en el largo plazo”.
Entonces, agrega la investigadora de Imhay, “se mide y se va evaluando si se están logrando los desafíos que se propuso un hospital y también se pueden adaptar estrategias contingentes a cambios del entorno, por ejemplo, una pandemia. Estos modelos de gestión del desempeño contribuyen tanto a organizaciones, ya sean micro, como hospitales, o macro, como un gobierno, y son estos últimos los que finalmente diseñan y ejecutan las políticas públicas”.
¿En temas de salud mental debe ser más necesario todavía demostrar o convencer a tomadores/as de decisiones acerca de la costo-efectividad de ciertas políticas o instrumentos?
– Es relevante instalar la importancia de que las intervenciones en salud sean costo-efectivas. Las políticas públicas tienen que ser financieramente sostenibles y sustentables en el tiempo, no pueden depender de un gobierno, y esto es muy relevante en salud.
Al momento de evaluar la implementación de un programa o intervención en salud, siempre recomiendo comenzar con un modelo piloto y prototipos que permitan evaluar, detectar mejoras y escalar el modelo a un nivel de madurez mayor, que va ligado a la filosofía de mejoramiento continuo. Además, analizo y estudio los facilitadores, las limitaciones, las áreas prioritarias y la identificación de brechas en la intervención, porque se busca que el programa se pueda escalar, mejorar y evolucionar hacia un nivel de madurez mayor. Y eso también está muy relacionado con cómo la información de los sistemas te van permitiendo adaptar las intervenciones de salud a través de evaluar los resultados de la intervención. Uno va evaluando y generando conocimiento que se va expandiendo. Eso es lo que se quiere lograr con estas iniciativas, ya sean de salud mental o de cualquier otra intervención en salud.
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