[PRENSA] La nueva ética de la responsabilidad sexo-afectiva

PorImhay

[PRENSA] La nueva ética de la responsabilidad sexo-afectiva

La creciente libertad y opciones posibles de vínculos sexo-afectivos conlleva también una responsabilidad: reconocer el impacto de las acciones de cada persona sobre el otro. Pero esto, que se conoce como responsabilidad afectiva, no siempre es la norma. La actual cultura individualista le juega en contra. Sobre este tema fue consultada la psicóloga e investigadora doctoral de Imhay, Daniela Lira.

Es fácil toparse en redes sociales con quejas de personas que se sienten pasadas a llevar, o incluso dañadas seriamente, por hombres o mujeres con quienes han tenido algún tipo de vínculo sexo-afectivo y que han hecho al menos alguna de estas cosas (o algo similar): desaparecer sin previo aviso y sin la más mínima explicación (fenómeno frecuente por estos días y conocido como ghosting); mantener varias relaciones en paralelo sin que las personas involucradas lo sepan, escudándose en una supuesta informalidad del vínculo; ocultar los verdaderos sentimientos hacia el otro; no ser claros con respecto a las reglas y límites de la relación o invalidar las necesidades afectivas de la otra persona. En suma: ningunear. Recibir sin dar. Jugar con las expectativas y los sentimientos. Los expertos en salud mental tienen un nombre para esto: falta de responsabilidad afectiva.

 “Cuando la tienes, eres consciente de que nuestra forma de actuar tiene consecuencias en las personas con las que nos relacionamos y, por lo tanto, debemos hacerlo desde la empatía, el respeto, la honestidad y la comunicación. Sin ella, no vamos a construir vínculos sanos”, explica Arola Poch, psicóloga y sexóloga catalana, quien hace poco escribió una columna sobre el tema para el diario El País.

Para la psicóloga Daniela Lira, investigadora doctoral del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), no corresponde en este caso hablar de víctimas, pues se trata de un tema relacional. En su consulta, le ha tocado atender tanto a pacientes vinculados con personas que no son responsables afectivamente como a otros que no logran desarrollar este tipo de responsabilidad en sí mismos. A ambos, este tema los afecta a la hora de ir construyendo vínculos satisfactorios.

Lo importante, y en esto coinciden los especialistas, es no confundir el concepto de “responsabilidad afectiva” con la idea de “hacerse responsable” de cómo se siente el otro y de los procesos internos que el otro debe abordar. Algo que —dice la psicóloga Daniela Lira— “puede llevar a relaciones de dependencia emocional o conductas controladoras”.

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